37. Pero ¿dónde os hallé para poder conoceros? Porque antes que os conociera no estabais en mi memoria. ¿Dónde, pues, os hallé para conoceros, sino en Vos mismo y más arriba de mí? Pero de ningún modo hay en esto espacios ni lugares y, no obstante eso, es verdad que ya nos apartamos de Vos, ya nos acercamos a Vos, sin que en esto intervenga algún lugar. En todas partes estáis, Verdad eterna, presidiendo a todos los que os consultan y se aconsejan de Vos, y a todos les respondéis a un tiempo, aunque os pregunten cosas muy diferentes. Bien claramente les respondéis a todas, pero no todos oyen vuestras respuestas claramente. Todos os consultan y preguntan su inclinación y voluntad, pero no a todos respondéis conforme a su voluntad e inclinación. El mejor de todos vuestros siervos es aquél que no atiende tanto a oír de Vos lo que él desea y quiere, como a querer y ejecutar lo que de Vos oyere.
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