7. ¿Por ventura, Señor, Dios de la verdad, le basta a cualquier hombre saber estas cosas para agradaros? Antes bien es infeliz el hombre que sabiéndolas todas, no os conoce a Vos; y aquél es verdaderamente dichoso que tiene conocimiento de Vos, aunque ignore todas aquellas cosas. Pero el que os conoce a Vos y también a ellas, no es más dichoso por saber aquellas cosas; el conocimiento de Vos sólo es lo que le hace dichoso y bienaventurado, si conociéndoos os honra y glorifica como a Dios, os bendice y da gracias y no se desvanece con sus pensamientos. Pues así como el que posee un árbol y os da gracias por el fruto que coge de él, aunque no sepa cuántos codos tiene de alto, ni cuánto tiene de ancho, es de mejor condición y os agrada más que el que mide y cuenta todas sus ramas, pero no le posee, ni conoce ni ama al que le crió, así el hombre fiel, cuyas son todas las riquezas del mundo, y todas las posee como si no tuviera cosa alguna, uniéndose con Vos, a quien sirven todas las cosas, aunque no sepa siquiera las vueltas de los septentrione, es mejor sin duda alguna (y sería necedad dudarlo) que el que sabe medir los cielos, contar las estrellas y pesar los elementos, sin pensar en Vos, que ordenasteis todas las cosas con número, peso y medida. |