11. Mas ¿para qué hablo de esto?, pues no es ahora ocasión de haceros preguntas, sino de confesaros mis miserias. Yo era miserable como lo es cualquier alma aprisionada con el amor de las cosas perecederas, que cuando las pierde, la despedaza el sentimiento, y entonces es cuando conoce toda su miseria aun antes de perderlas. Así me hallaba yo en aquel tiempo, y lloraba amarguísimamente y descansaba en mi amargura. Tal como ésta era mi miseria, y más que a aquel amigo mío amaba yo la vida miserable que tenía, pues aunque quisiera trocarla, con todo eso no quisiera perderla antes que perderle a él, ni sé si quisiera perderla por él, como se refiere de Orestes y Pílades (si es que no sea fingido), que querían morir el uno por el otro, o entrambos al mismo tiempo, porque tenían por mayor daño vivir el uno sin el otro. Pero no sé qué afecto muy contrario a éste había nacido en mí, pues tenía grandísimo tedio de la vida y miedo de la muerte. Yo creo que cuanto mayor era el amor que le tenía, tanto más aborrecía y temía a la muerte, como a enemiga crudelísima que me lo había quitado, y juzgaba que ella había de acabar de repente con todos los hombres, una vez que había podido acabar con aquél.
Así cabalmente me hallaba yo, que bien presente lo tengo. Ved aquí mi corazón, Dios mío: he aquí todo mi interior; ved que no lo tengo olvidado, esperanza mía, que me limpiáis de la inmundicia de semejantes afectos, atrayendo a Vos los ojos de mi alma, y librando mis pies de los lazos que me tenían enredado. Me admiraba de que los demás mortales viviesen, pues había muerto aquél a quien yo amaba como si no hubiera de morir, y más me maravillaba de que habiendo muerto él, viviera yo, que era otro él. Bien dijo Horacio, hablando de un amigo suyo, que era la mitad de su alma, porque yo creí que la mía y la suya habían sido una sola alma en dos cuerpos. Y por eso me causaba horror la vida, porque no quería vivir a medias y como dividido, y por eso quizá temería el morirme, porque no muriese de todo punto aquel a quien había amado tanto. |