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Miguel de Cervantes en AlbaLearning

MIGUEL DE CERVANTES

"La española inglesa - The spanish-english lady"

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Biografía de Miguel de Cervantes Saavedra en AlbaLearning 
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
LA ESPAÑOLA INGLESA ESPAÑOLAUDIO 
THE SPANISH-ENGLISH LADY English text
   
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LA ESPAÑOLA INGLESA
(pag 4)
THE SPANISH ENGLISH LADY
(page 4)
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Acudieron las damas a la reina, contándole lo que pasaba y certificándole que la camarera había hecho aquel mal recaudo. No fue menester mucho, para que la reina lo creyese; y así, fue a ver a Isabela que ya casi estaba expirando. Mandó llamar la reina con priesa a sus médicos, y en tanto que tardaban, la hizo dar cantidad de polvos de unicornio, con otros muchos antídotos, que los grandes príncipes suelen tener prevenidos para semejantes necesidades. Vinieron los médicos, y esforzaron los remedios, y pidieron a la reina que hiciese decir a la camarera qué género de veneno le había dado, porque no se dudaba que otra persona alguna si no ella la hubiese avenenado. Ella lo descubrió, y con esta noticia los médicos aplicaron tantos remedios, y tan eficaces, que con ellos, y con el ayuda de Dios, quedó Isabela con vida o alomenos con esperanza de tenerla.   The queen's ladies hastened to inform her majesty, assuring her that the lady keeper had been the author of the nefarious deed. The queen had no great difficulty in coming to the same conclusion, and went at once to see Isabella, who seemed to be almost at the last gasp. Sending with all speed for her physicians, she, meanwhile, ordered that the sufferer should be given a quantity of powdered unicorn's horn and several other antidotes, with which great princes are usually provided against such casualties. The physicians arrived and begged the queen to make the lady keeper declare what kind of poison she had used (for no one doubted that she was the poisoner). This information having been obtained from the criminal, the physician applied the proper remedies with such good effect that, with God's help, Isabella's life was saved, or at least there was a hope that it would be so.
Mandó la reina prender a su camarera y encerrarla en un aposento estrecho de palacio, con intención de castigarla, como su delito merecía. Puesto que ella se disculpaba, diciendo que en matar a Isabela hacía sacrificio al cielo, quitando de la tierra a una cathólica y, con ella, la ocasión de las pendencias de su hijo.   The queen ordered that the lady keeper should be arrested and confined in a chamber of the palace, intending to punish her as her crime deserved; whilst the guilty woman thought to excuse herself by saying that in killing Isabella she offered an acceptable sacrifice to heaven by ridding the world of a Catholic, and removing with her the cause of affliction to her son.
Estas tristes nuevas, oídas de Ricaredo, le pusieron en términos de perder el juicio, tales eran las cosas que hacía y las lastimeras razones con que se quejaba. Finalmente, Isabela no perdió la vida; que el quedar con ella, la naturaleza lo comutó en dejarla sin cejas, pestañas y sin cabello, el rostro hinchado, la tez perdida, los cueros levantados, y los ojos lagrimosos. Finalmente, quedó tan fea que como hasta allí había parecido un milagro de hermosura, entonces parecía un monstruo de fealdad. Por mayor desgracia tenían los que la conocían, haber quedado de aquella manera que si la hubiera muerto el veneno. Con todo esto Ricaredo se la pidió a la reina, y le suplicó que se la dejase llevar a su casa, porque el amor que la tenía pasaba del cuerpo al alma; y que si Isabela había perdido su belleza, no podía haber perdido sus infinitas virtudes.   Finally, Isabella did not die; but she escaped only with the loss of her hair, eyebrows, and eyelashes, her face swollen, her bloom gone, her skin blotched and blistered, and her eyes red and humid. In a word, she was now become an object as loathsome to look at as she had before been surpassingly beautiful. The change was so frightful that those who knew her thought it would have been better had the poison killed her. But notwithstanding all this, Richard supplicated the queen to let him take her home with him, for the great love he bore her comprehended not only her body but her soul, and if Isabella had lost her beauty, she could not have lost her infinite virtues.
—Así es —dijo la reina—, lleváosla, Ricaredo, y haced cuenta que lleváis una riquísima joya encerrada en una caja de madera tosca. Dios sabe si quisiera dárosla como me la entregastes, pero pues no es posible, perdonadme; quizá el castigo que diere a la cometedora de tal delito, satisfará en algo el deseo de la venganza.   "Be it so," said the queen. "Take her, Richard, and reckon that you take in her a most precious jewel, in a rough wooden casket. God knows how gladly I would give her to you as I received her; but since that is impossible, perhaps the punishment I will inflict on the perpetrator of the crime will be some satisfaction to your feelings."
Muchas cosas dijo Ricaredo a la reina, disculpando a la camarera, y suplicándola que la perdonase; pues las disculpas que daba eran bastantes para perdonar mayores insultos. Finalmente, le entregaron a Isabela y a sus padres, y Ricaredo los llevó a su casa, digo a la de sus padres. A las ricas perlas y al diamante, añadió otras joyas la reina, y otros vestidos, tales, que descubrieron el mucho amor que a Isabela tenía; la cual duró dos meses en su fealdad, sin dar indicio alguno de poder reducirse a su primera hermosura; pero al cabo de este tiempo comenzó a caérsele el cuero y a descubrírsele su hermosa tez.   Richard spoke earnestly in the culprit's behalf, and besought her majesty to pardon her. Finally, Isabella and her parents were consigned to his care, and he took them home to his father's house, the queen having added to the fine pearls and the diamonds she had bestowed on Isabella other jewels and rich dresses, such as manifested the great affection she felt for her. Isabella remained for two months in the same state, without the least sign appearing that her beauty would ever return; but at the end of that time her skin began to peel off, and she gradually recovered the natural bloom of her lovely complexion.
En este tiempo los padres de Ricaredo, pareciéndoles no ser posible que Isabela en sí volviese, determinaron enviar por la doncella de Escocia, con quien primero que con Isabela tenían concertado de casar a Ricaredo, y esto sin que él lo supiese, no dudando que la hermosura presente de la nueva esposa hiciese olvidar a su hijo la ya pasada de Isabela, a la cual pensaban enviar a España con sus padres, dándoles tanto haber y riquezas, que recompensasen sus pasadas pérdidas. No pasó mes y medio cuando, sin sabiduría de Ricaredo, la nueva esposa se le entró por las puertas, acompañada como quien ella era, y tan hermosa que después de la Isabela que solía ser, no había otra tan bella en toda Londres.   Meanwhile, Richard's parents, thinking it impossible that Isabella should ever again be what she had been, determined to send for the Scotch lady, to whom they had at first intended to unite him. They did not doubt that the actual beauty of the new bride would make their son forget the lost beauty of her rival, whom they intended to send to Spain with her parents, giving them so much wealth as would compensate them for their past losses. All this was settled between them without Richard's knowledge, and soon after the new bride entered their doors, duly accompanied, and so beautiful that none could compare with her in London, now that Isabella's charms were gone.
Sobresaltóse Ricaredo con la improvisa vista de la doncella, y temió que el sobresalto de su venida había de acabar la vida a Isabela. Y así, para templar este temor, se fue al lecho donde Isabela estaba, y hallóla en compañía de sus padres, delante de los cuales dijo:   Richard was astounded at this unexpected arrival, and fearing that it would have a fatal effect upon Isabella, he went to her bedside, and said to her, in presence of her parents,
—Isabela de mi alma, mis padres con el grande amor que me tienen aún no bien enterados del mucho que yo te tengo, han traído a casa una doncella escocesa, con quien ellos tenían concertado de casarme, antes que yo conociese lo que vales; y esto, a lo que creo, con intención que la mucha belleza desta doncella borre de mi alma la tuya que en ella estampada tengo. Yo, Isabela, desde el punto que te quise, fue con otro amor de aquel que tiene su fin y paradero en el cumplimiento del sensual apetito; que puesto que tu corporal hermosura me cautivó los sentidos; tus infinitas virtudes me aprisionaron el alma de manera que si hermosa te quise, fea te adoro. Y para confirmar esta verdad, dame esa mano. —Y dándole ella la derecha y asiéndola él con la suya, prosiguió diciendo—: Por la fe cathólica que mis christianos padres me enseñaron, la cual si no está en la entereza que se requiere, por aquella fe juro que guarda el pontífice romano, que es la que yo en mi corazón confieso, creo y tengo, y por el verdadero Dios que nos está oyendo, te prometo ¡oh Isabela mitad de mi alma! de ser tu esposo, y lo soy desde luego si tú quieres levantarme a la alteza de ser tuyo.   "Beloved of my soul, my parents, in their great love for me, but ill conceiving how great is mine for you, have brought hither a Scotch lady, to whom they arranged to marry me before I knew your worth. They have done so, I believe, upon the supposition that her great beauty will efface from my soul the image of yours, which is deeply impressed upon it. But from the moment I first loved you, Isabella, it was with a different love from that which finds its end attained in the gratification of the sensual appetite: for though your great beauty captivated my senses, your infinite virtues enthralled my soul, so that if I loved you in your beauty, I adore you in your plainness. That I may confirm that truth, put your hand in mine." She held out her right hand; he took it in his, and continued: "By the Catholic faith which my Christian parents have taught me; or, if that is not as pure and perfect as it ought, then, by that held by the Roman pontiff, and which in my heart I confess, believe, and hold, do I swear, and by the true God who hears us, I promise you, Isabella, soul of my soul! to be your husband; and your husband I am from this moment, if you will raise me up so high."
Quedó suspensa Isabela con las razones de Ricaredo, y sus padres atónitos y pasmados. Ella no supo qué decir, ni hacer otra cosa que besar muchas veces la mano de Ricaredo, y decirle, con voz mezclada con lágrimas, que ella le aceptaba por suyo y se entregaba por su esclava. Besóla Ricaredo en el rostro feo, no habiendo tenido jamás atrevimiento de llegarse a él, cuando hermoso. Los padres de Isabela solemnizaron con tiernas y muchas lágrimas las fiestas del desposorio. Ricaredo les dijo que él dilataría el casamiento de la escocesa, que ya estaba en casa, del modo que después verían; y cuando su padre los quisiese enviar a España a todos tres, no lo rehusasen, sino que se fuesen y le aguardasen en Cádiz, o en Sevilla, dos años, dentro de los cuales les daba su palabra de ser con ellos si el cielo tanto tiempo le concedía de vida. Y que si deste término pasase, tuviese por cosa certísima que algún grande impedimento, o la muerte, que era lo más cierto, se había opuesto a su camino. Isabela le respondió que no solos dos años le aguardaría, sino todos aquellos de su vida hasta estar enterada que él no la tenía; porque en el punto que esto supiese, sería el mismo de su muerte.   Isabella could only kiss Richard's hand again and again, and tell him in a voice broken by her tears, that she accepted him as hers, and gave herself to him as his slave. Richard kissed her disfigured face, which he had never ventured to kiss in its beauty; and her parents, with tears of affection, ratified their solemn betrothal. Richard told them that he would find a way to postpone his marriage with the Scotch lady, and that when his father proposed to send them to Spain they were not to refuse, but were to go to Cadiz and wait for him there or in Seville for two years, within which time he gave them his word he would be with them, if God spared his life. Should he not appear within that time, they might be assured that he was prevented by some insuperable impediment, and most probably by death. Isabella replied that she would wait for him not only two years, but all the years of her life, until she knew that he was no longer alive; for the moment that brought her that news would be her last.
Con estas tiernas palabras se renovaron las lágrimas en todos, y Ricaredo salió a decir a sus padres como en ninguna manera se casaría, ni daría la mano a su esposa la escocesa, sin haber primero ido a Roma a asegurar su conciencia. Tales razones supo decir a ellos, y a los parientes que habían venido con Clisterna, que así se llamaba la escocesa, que como todos eran cathólicos fácilmente las creyeron. Y Clisterna se contentó de quedar en casa de su suegro hasta que Ricaredo volviese; el cual pidió de término un año.    Richard having at length quitted Isabella, went and told his parents that on no account would he marry the Scotch lady until he had first been to Rome for the satisfaction of his conscience; and he represented the matter in such a light to them and to the relations of Clesterna (that was the name of the Scotch lady), that as they were all Catholics, they easily assented, and Clesterna was content to remain in her father-in-law's house until the return of Richard, who proposed to be away a year.
Esto ansí puesto y concertado, Clotaldo dijo a Ricaredo como determinaba enviar a España a Isabela y a sus padres, si la reina le daba licencia; quizá los aires de la patria apresurarían y facilitarían la salud que ya comenzaba a tener. Ricaredo, por no dar indicio de sus designios, respondió tibiamente a su padre que hiciese lo que mejor le pareciese. Sólo le suplicó que no quitase a Isabela ninguna cosa de las riquezas que la reina le había dado. Prometióselo Clotaldo, y aquel mismo día fue a pedir licencia a la reina, así para casar a su hijo con Clisterna, como para enviar a Isabela y a sus padres a España. De todo se contentó la reina, y tuvo por acertada la determinación de Clotaldo. Y aquel mismo día, sin acuerdo de letrados, y sin poner a su camarera en tela de juicio, la condenó en que no sirviese más su oficio, y en diez mil escudos de oro para Isabela; y al conde Arnesto, por el desafío, le desterró por seis años de Inglaterra.   This being settled, Clotald told his son of his intention to send Isabella and her parents to Spain, if the queen gave them leave; perhaps her native air would confirm and expedite her incipient recovery. Richard, to avoid betraying his secret intentions, desired his father, with seeming indifference, to do as he thought best; only he begged him not to take away from Isabella any of the presents which the queen had given her. Clotald promised this, and the same day he went and asked the queen's leave both to marry his son to Clesterna, and to send Isabella and her parents to Spain. The queen granted both requests, and without having recourse to lawyers or judges, she forthwith passed sentence on the lady keeper, condemning her to lose her office, and to pay down ten thousand crowns for Isabella. As for Count Ernest, she banished him from England for six years.
No pasaron cuatro días, cuando ya Arnesto se puso a punto de salir a cumplir su destierro, y los dineros estuvieron juntos. La reina llamó a un mercader rico que habitaba en Londres, y era francés, el cual tenía correspondencia en Francia, Italia y España. Al cual entregó los diez mil escudos, y le pidió cédulas para que se los entregasen al padre de Isabela en Sevilla, o en otra plaza de España. El mercader, descontados sus intereses y ganancias, dijo a la reina que las daría ciertas y seguras para Sevilla sobre otro mercader francés, su correspondiente, en esta forma: que él escribiría a París, para que allí se hiciesen las cédulas, por otro correspondiente suyo, a causa que rezasen las fechas de Francia, y no de Inglaterra, por el contrabando de la comunicación de los dos reinos, y que bastaba llevar una letra de aviso suya sin fecha, con sus contraseñas, para que luego diese el dinero el mercader de Sevilla, que ya estaría avisado del de París.   Four days afterwards Richard set out on his exile, and the money had been already paid. The queen, sending for a rich merchant, resident in London, who was a Frenchman, and had correspondents in France, Italy, and Spain, put the ten thousand crowns into his hands, and desired him to let Isabella's father have bills for the amount on Seville or some other place in Spain. The merchant having deducted his profit, told the queen he would give good and safe bills on another French merchant, his correspondent in Seville, in the following manner:—He would write to Paris that the bills might be drawn there by another correspondent of his, in order that they should be dated from France and not from England, because of the interdicted communication between that country and Spain. It would only be necessary to have a letter of advice from him, with his signature and without date, in sight of which the merchant of Seville would immediately pay the money, according to previous advice from the merchant of Paris.
En resolución, la reina tomó tales seguridades del mercader que no dudó de no ser cierta la partida. Y no contenta con esto, mandó llamar a un patrón de una nave flamenca, que estaba para partirse otro día a Francia, a sólo tomar en algún puerto della testimonio para poder entrar en España, a título de partir de Francia y no de Inglaterra; al cual pidió encarecidamente llevase en su nave a Isabela y a sus padres, y con toda seguridad y buen tratamiento los pusiese en un puerto de España, el primero a donde llegase. El patrón que deseaba contentar a la reina, dijo, que sí haría, y que los pondría en Lisboa, Cádiz o Sevilla. Tomados, pues, los recaudos del mercader, envió la reina a decir a Clotaldo, no quitase a Isabela todo lo que ella le había dado, así de joyas como de vestidos.   In fine, the queen took such securities from the merchant as made the payment certain; and not content with this, she sent for the master of a Flemish vessel who was about to sail for France, only to obtain a manifest from some French port, in order to be allowed to land in Spain; and she begged him to take Isabella and her parents, treat them well, and land them safely at the first Spanish port he reached. The master, who desired to please the queen, said he would do so, and would land them at Lisbon, Cadiz, or Seville. After this the queen sent word to Clotald not to take from Isabella any of the presents she had given her, whether jewels or clothes.
Otro día vino Isabela, y sus padres, a despedirse de la reina, que los recibió con mucho amor. Dioles la reina la carta del mercader y otras muchas dádivas, así de dineros como de otras cosas de regalo para el viaje. Con tales razones se lo agradeció Isabela, que de nuevo dejó obligada a la reina para hacerle siempre mercedes. Despidióse de las damas, las cuales, como ya estaba fea, no quisieran que se partiera, viéndose libres de la envidia que a su hermosura tenían, y contentas de gozar de sus gracias y discreciones. Abrazó la reina a los tres, y encomendándolos a la buena ventura y al patrón de la nave, y pidiendo a Isabela la avisase de su buena llegada a España, y siempre de su salud, por la vía del mercader francés, se despidió de Isabela y de sus padres; los cuales, aquella misma tarde, se embarcaron, no sin lágrimas de Clotaldo y de su mujer, y de todos los de su casa, de quien era en todo extremo bien querida. No se halló a esta despedida presente Ricaredo, que por no dar muestras de tiernos sentimientos, aquel día hizo que con unos amigos suyos le llevasen a caza.   The next day Isabella and her parents came to take leave of the queen, who received them with great affection. The queen gave them the merchant's bills, besides many other presents, both in money and in things suitable for their voyage. Isabella expressed her gratitude in such terms as to increase the queen's gracious disposition towards her. She took leave of the ladies of the court, who, now that she had become plain, would rather have had her remain among them, having no longer reason to envy her beauty, and being willing to enjoy her society for the sake of her good qualities of mind and disposition. The queen embraced the three, and took leave of them, commending them to good fortune and to the master of the vessel, and asking Isabella to inform her of her arrival in Spain, and of her health at all times through the French merchant. That evening they embarked, not without tears on the part of Clotald, his wife, and his whole household, by whom Isabella was exceedingly beloved. Richard was not present at the departure, for, in order to avoid betraying his feelings, he had gone with some of his friends to the chase.
Los regalos que la señora Catalina dio a Isabela para el viaje fueron muchos; los abrazos infinitos; las lágrimas en abundancia; las encomiendas de que la escribiese, sin número; y los agradecimientos de Isabela y de sus padres correspondieron a todo, de suerte que, aunque llorando, los dejaron satisfechos.   Many were the dainties which the lady Catherine gave. Isabella for use on the voyage; endless were her embraces, her tears, and her injunctions that she should write to her; for all which Isabella and her parents returned suitable thanks.
Aquella noche se hizo el bajel a la vela, y habiendo con próspero viento tocado en Francia y tomado en ella los recaudos necesarios, para poder entrar en España, de allí a treinta días entró por la barra de Cádiz, donde se desembarcaron Isabela y sus padres. Y siendo conocidos de todos los de la ciudad, los recibieron con muestras de mucho contento. Recibieron mil parabienes del hallazgo de Isabela y de la libertad que habían alcanzado, ansí de los moros, que los habían cautivado, habiendo sabido todo su suceso de los cautivos a que dio libertad la liberalidad de Ricaredo, como de la que habían alcanzado de los ingleses.   That night the vessel set sail, and having reached France with a fair wind, and obtained the necessary papers to enable them to enter Spain, they crossed the bar of Cadiz thirty days afterwards, and there Isabella and her parents disembarked. Being known to the whole city, they were joyfully welcomed, and warmly congratulated on their recovery of Isabella, and on their liberation, from their Turkish captors (for that fact had been made known by the captives whom Richard generously released), and also from detention in England. By this time Isabella began to give great hopes that she would quite recover her original beauty.
Ya Isabela en este tiempo comenzaba a dar grandes esperanzas de volver a cobrar su primera hermosura. Poco más de un mes estuvieron en Cádiz, restaurando los trabajos de la navegación, y luego se fueron a Sevilla por ver si salía cierta la paga de los diez mil ducados que, librados sobre el mercader francés, traían. Dos días después de llegar a Sevilla le buscaron, y le hallaron; y le dieron la carta del mercader francés de la ciudad de Londres. Él la reconoció, y dijo que hasta que de París le viniesen las letras y carta de aviso no podía dar el dinero; pero que por momentos aguardaba el aviso.   For more than a month they remained in Cadiz, recruiting themselves after the toils of their voyage; and then they went to Seville, to see if they should obtain payment of the ten thousand crowns upon the French merchant's bill. Two days after their arrival they called upon the person on whom it was drawn. He acknowledged it, but said that, until the arrival of advices from Paris, he could not pay the money.
Los padres de Isabela alquilaron una casa principal, frontero de santa Paula, por ocasión que estaba monja en aquel santo monasterio una sobrina suya, única y extremada en la voz. Y así, por tenerla cerca, como por haber dicho Isabela a Ricaredo que, si viniese a buscarla la hallaría en Sevilla, y le diría su casa su prima la monja de santa Paula, y que para conocella no había menester más de preguntar por la monja que tenía la mejor voz en el monasterio, porque estas señas no se le podían olvidar.   Isabella's father hired a large house facing St. Paul's, because there was in that holy convent a nun who was remarkable for rare musical talents, and who was his own niece. They chose the house to be near her for that reason, and because Isabella had told Richard that if he came to look for her he would find her in Seville, and her cousin, the nun of St. Paula's, would tell him where: he had only to ask for the nun who had the best voice in the convent; every one would know her by that description.
Otros cuarenta días tardaron de venir los avisos de París; y a dos días que llegaron, el mercader francés entregó los diez mil ducados a Isabela, y ella a sus padres. Y con ellos, y con algunos más que hicieron vendiendo algunas de las muchas joyas de Isabela, volvió su padre a ejercitar su oficio de mercader, no sin admiración de los que sabían sus grandes pérdidas. En fin, en pocos meses fue restaurando su perdido crédito, y la belleza de Isabela volvió a su ser primero, de tal manera, que en hablando de hermosas, todos daban el lauro a la española inglesa, que tanto por este nombre, como por su hermosura, era de toda la ciudad conocida.   It was forty days more before the advices came from Paris, and two days after their arrival the French merchant paid Isabella the ten thousand crowns, which she handed over to her parents. With that sum, and something more made by the sale of part of Isabella's numerous jewels, her father again began business as a merchant, to the surprise of those who were cognisant of his great losses. After a few months his lost credit began to return; so, too, did his daughter's good looks, so that, whenever female beauty was the subject of discourse, the palm was universally conceded to the Spanish-English lady; for by that name, as well as for her great beauty, she was known throughout the city.
Por la orden del mercader francés de Sevilla, escribieron Isabela y sus padres a la reina de Inglaterra su llegada, con los agradecimientos y sumisiones que requerían las muchas mercedes della recebidas. Asimismo, escribieron a Clotaldo y a su señora Catalina, llamándolos Isabela padres, y sus padres señores. De la reina no tuvieron respuesta, pero de Clotaldo y de su mujer sí, donde les daban el parabién de la llegada a salvo, y los avisaban como su hijo Ricaredo, otro día después que ellos se hicieron a la vela, se había partido a Francia, y de allí a otras partes donde le convenía a ir para seguridad de su conciencia, añadiendo a éstas, otras razones y cosas de mucho amor y de muchos ofrecimientos. A la cual carta, respondieron con otra no menos cortés y amorosa que agradecida. Luego imaginó Isabela que el haber dejado Ricaredo a Inglaterra sería para venirla a buscar a España; y alentada con esta esperanza vivía la más contenta del mundo, y procuraba vivir de manera que cuando Ricaredo llegase a Sevilla, antes le diese en los oídos la fama de sus virtudes que el conocimiento de su casa.   Through the French merchant of Seville, Isabella and her parents wrote to the queen of England, announcing their arrival in such grateful and dutiful terms as the many favours received at her Majesty's hands required. They also wrote to Clotald and Catherine, whom Isabella addressed as her revered parents. Their letters to the queen remained unanswered, but from Clotald and his wife they received a reply, congratulating them on their safe arrival, and informing them that their son Richard had set out from France the day after their departure, and thence to other countries, which it behoved him to visit for the tranquillity of his conscience. Isabella immediately concluded that Richard had left England for no other purpose than to seek her; and cheered by this hope, she was as happy as she could be, and strove to live in such a manner that, when Richard arrived in Seville, the fame of her virtues should reach his ears before he learned where she lived.
Pocas o ninguna vez salía de su casa, si no para el monasterio; no ganaba otros jubileos, que aquellos que en el monasterio se ganaban. Desde su casa, y desde su oratorio, andaba con el pensamiento los viernes de cuaresma la santísima estación de la cruz, y los siete venideros del espíritu santo. Jamás visitó el río, ni pasó a Triana, ni vio el común regocijo en el campo de Tablada y puerta de Jerez el día, se le hace claro, de san Sebastián, celebrado de tanta gente, que apenas se puede reducir a número. Finalmente, no vio regocijo público, ni otra fiesta en Sevilla; todo lo libraba en su recogimiento, y en sus oraciones y buenos deseos, esperando a Ricaredo. Este su gran retraimiento tenía abrasados y encendidos los deseos, no sólo de los pisaverdes del barrio, sino de todos aquellos que una vez la hubiesen visto. De aquí nacieron músicas de noche en su calle, carreras de día; deste no dejar verse, y desearlo muchos, crecieron las alhajas de las terceras que prometieron mostrarse primas y únicas en solicitar a Isabela. Y no faltó quien se quiso aprovechar de lo que llaman hechizos, que no son sino embustes y disparates. Pero a todo esto, estaba Isabela como roca en mitad del mar, que la tocan, pero no la mueven las olas ni los vientos.   She seldom or never quitted the house, except to go to the convent, and attended no other church services than those performed there. She never went near the river, or to Triana, or witnessed the general rejoicings at the Campo de Tablada, or the Puerta de Xeres on Sari Sebastian's day, celebrated by an almost innumerable multitude; in short, she never went abroad for any kind of amusement in Seville; her whole time was spent in her devotions, and in praying and hoping for Richard's arrival. The consequence of this strict retirement was a great increase of the general interest about her; thence came serenades in her street by night, and promenades by day. The desire which so many felt to see her, and the difficulty of accomplishing it, was a great source of gain to the professional go-betweens, who severally professed that they alone had the ear of Isabella, and some there were who had recourse to what are called charms, which are nothing but deceits and follies; but in spite of all this, Isabella was like a rock in the ocean, which the winds and waves assail in vain.
Año y medio era ya pasado cuando la esperanza propincua de los dos años por Ricaredo prometidos comenzó, con más ahinco que hasta allí, a fatigar el corazón de Isabela. Y cuando ya le parecía que su esposo llegaba y que le tenía ante los ojos, y le preguntaba qué impedimentos le habían detenido tanto, cuando ya llegaban a sus oídos las disculpas de su esposo, y cuando ya ella le perdonaba y le abrazaba y, como a mitad de su alma le recebía, llegó a sus manos una carta de la señora Catalina, fecha en Londres cincuenta días había. Venía en lengua inglesa, pero leyéndola en español, vio que así decía:   A year and a half had now passed, and her heart began to yearn more and more as the end of the period assigned by Richard drew near. Already, in imagination, she looked upon him as arrived; he stood before her eyes; she asked him what had caused his long delay; she heard his excuses; she forgave him, embraced and welcomed him as the half of her soul; and then there was put into her hands a letter from the lady Catherine, dated from London fifty days before. It was as follows:—
Hija de mi alma, bien conociste a Guillarte, el paje de Ricaredo. Éste se fue con él al viaje, que por otra te avisé, que Ricaredo a Francia, y a otras partes, había hecho el segundo día de tu partida. Pues este mismo Guillarte, a cabo de diez y seis meses que no habíamos sabido de mi hijo, entró ayer por nuestra puerta con nuevas que el conde Arnesto había muerto a traición en Francia a Ricaredo. Considera, hija, cuál quedaríamos su padre y yo, y su esposa, con tales nuevas; tales, digo, que aún no nos dejaron poner en duda nuestra desventura. Lo que Clotaldo y yo te rogamos otra vez, hija de mi alma, es que encomiendes muy de veras a Dios la alma de Ricaredo, que bien merece este beneficio el que tanto te quiso, como tú sabes. También pedirás a nuestro Señor nos dé a nosotros paciencia y buena muerte, a quien nosotros también pediremos y suplicaremos te dé a ti, y a tus padres largos años de vida.   "Daughter of my heart,—You doubtless recollect Richard's page, Guillart. He accompanied Richard on his journey the day after you sailed, to France and other parts, whereof I informed you in a former letter. This said Guillart, after we had been sixteen months without hearing news of my son, yesterday entered our house with news that Count Ernest had basely murdered Richard in France. Imagine, my daughter, the effect upon his father, myself, and his intended wife, of such news as this, coming to us in such wise as left no doubt of our misfortune. What Clotald and myself beg of you once more, daughter of my soul, is that you will pray heartily to God for the soul of Richard, for well he deserves this service at your hands, he who loved you so much as you know. Pray also to our Lord to grant us patience, and that we may make a good end; as we will pray for long life for you and your parents."
Por la letra, y por la firma, no le quedó que dudar a Isabela, para no creer la muerte de su esposo. Conocía muy bien al paje Guillarte y sabía que era verdadero y que de suyo no habría querido, ni tenía para qué fingir aquella muerte, ni menos su madre, la señora Catalina la habría fingido, por no importarle nada enviarle nuevas de tanta tristeza. Finalmente, ningún discurso que hizo, ninguna cosa que imaginó, le pudo quitar del pensamiento no ser verdadera la nueva de su desventura.   This letter and the signature left no doubt in Isabella's mind of the death of her husband. She knew the page Guillart very well, and knew that he was a person of veracity, and that he could have had no motive for publishing false news in such a matter; still less could the lady Catharine have had any interest in deceiving her so painfully. In fine, in whatever way she considered the subject, the conclusion at which she invariably arrived was, that this dismal intelligence was unquestionably true.
     
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MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
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