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Biografía de Miguel de Cervantes Saavedra en AlbaLearning |
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LA ESPAÑOLA INGLESA | ||||||
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LA ESPAÑOLA INGLESA
(pag 3) | THE SPANISH ENGLISH LADY
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No quiso Ricaredo entrar en el puerto con muestras de alegría, por la muerte de su general; y así, mezcló las señales alegres con las tristes; unas veces sonaban clarines regocijados, otras trompetas roncas; unas tocaban los atambores alegres y sobresaltadas armas, a quien con señas tristes y lamentables respondían los pífaros; de una gavia colgaba, puesta al revés, una bandera de medias lunas sembrada, en otra se veía un luengo estandarte de tafetán negro, cuyas puntas besaban el agua. Finalmente, con estos tan contrarios extremos, entró en el río de Londres con su navío, porque la nave no tuvo fondo en él que la sufriese; y así, se quedó en la mar a lo largo. | Richard would not enter the port with only joyous demonstrations, on account of the death of his late commander, but mingled signs of grief with them. At one moment bugles rang out cheerily, at the next they were answered by melancholy trumpet notes, and the wailing fife was heard at intervals between the lively rattle of the drum and the clash of arms. From one mast-head hung a Turkish banner reversed, and from another a long black streamer, the ends of which dipped in the water. In this manner he entered the river of London in his English ship, leaving the Portuguese ship at sea, for want of depth of water in the river to float it. | |
Estas tan contrarias muestras y señales tenían suspenso el infinito pueblo que desde la ribera les miraba. Bien conocieron por algunas insignias que aquel navío menor era la capitana del barón de Lansac, mas no podían alcanzar, cómo el otro navío se hubiese cambiado con aquella poderosa nave que en la mar se quedaba. Pero sacólos desta duda el haber saltado en el esquife, armado de todas armas, ricas y resplandecientes, el valeroso Ricaredo, que, a pie, sin esperar otro acompañamiento que aquel de un innumerable vulgo que le seguía, se fue a palacio; donde ya la reina, puesta a unos corredores, estaba esperando le trujesen la nueva de los navíos, estaba con la reina con las otras damas Isabela, vestida a la inglesa, y parecía también como a la castellana. Antes que Ricaredo llegase, llegó otro que dio las nuevas a la reina, de cómo Ricaredo venía. Alborozóse Isabela, oyendo el nombre de Ricaredo, y en aquel instante temió y esperó malos y buenos sucesos de su venida. | These conflicting demonstrations puzzled the vast multitudes, who observed them from the shore. They easily recognised the smaller vessel as the flag-ship of Baron Lansac; but they could not make out how it was that his second vessel had been exchanged for the large and powerful ship which lay out at sea. But the problem was solved when they saw the valorous Richard jump into his boat, fully equipped in rich and splendid armour. Without waiting for any other escort than that of a vast multitude of the people who followed him, he proceeded on foot to the palace, where the queen was standing in a balcony, waiting for news of the ships, and surrounded by her ladies, among whom was Isabella, dressed in the English style, which became her as well as the Castilian. A messenger, who had anticipated Richard's arrival, had startled her by the announcement of his coming, and she stood watching for him with feelings that fluttered between hope and fear, not knowing whether he had sped well or ill upon his expedition. | |
Era Ricaredo alto de cuerpo, gentilhombre y bien proporcionado. Y, como venía armado de peto, espaldar, gola y brazaletes, y escarcelas, con unas armas milanesas de once vistas, grabadas y doradas, parecía en extremo bien a cuantos le miraban. No le cubría la cabeza morrión alguno, sino un sombrero de gran falda de color leonado con mucha diversidad de plumas terciadas a la valona; la espada, ancha, los tiros ricos, las calzas a la esguízara. Con este adorno, y con el paso brioso que llevaba, algunos hubo que le compararon a Marte, dios de las batallas; y otros, llevados de la hermosura de su rostro, dicen que le compararon a Venus, que para hacer alguna burla a Marte, de aquel modo se había disfrazado. En fin, él llegó ante la reina; puesto de rodillas, le dijo: | Richard was a young man of noble presence, tall and finely proportioned, and he looked to great advantage in a complete suit of Milanese armour all graven and gilded, and instead of a helmet, a wide-leafed fawn coloured hat with Walloon plumes. Thus equipped, and with his spirited bearing, to some he seemed like Mars the god of battles; others, struck by the beauty of his face, compared him to Venus sportively disguised in the armour of that god. When he came before the Queen he knelt, and gave a brief account of his expedition. | |
—Alta majestad, en fuerza de vuestra ventura, y en consecución de mi deseo, después de haber muerto de una apoplejía el general de Lansac, quedando yo en su lugar, merced a la liberalidad vuestra, me deparó la suerte dos galeras turquescas que llevaban remolcando aquella gran nave que allí se parece. Acometíla; pelearon vuestros soldados, como siempre; echáronse a fondo los bajeles de los corsarios. En el uno de los nuestros, en vuestro real nombre di libertad a los christianos que del poder de los turcos escaparon. Sólo truje conmigo a un hombre y a una mujer españoles, que por su gusto quisieron venir a ver la grandeza vuestra. Aquella nave es de las que vienen de la India de Portugal. La cual por tormenta vino a dar en poder de los turcos, que con poco trabajo, o por mejor decir, sin ninguno la rindieron y, según dijeron algunos portugueses de los que en ella venían, pasa de un millón de oro el valor de la especería y otras mercancías de perlas y diamantes que en ella vienen. A ninguna cosa se ha tocado, ni los turcos habían llegado a ella, porque todo lo dedicó el cielo, y yo lo mandé guardar, para vuestra majestad, que con una joya sola que se me dé, quedaré en deuda de otras diez naves; la cual joya ya vuestra majestad me la tiene prometida, que es a mi buena Isabela. Con ella quedaré rico y premiado, no sólo deste servicio, cual él se sea, que a vuestra majestad he hecho, sino de otros muchos que pienso hacer por pagar alguna parte del todo, casi infinito, que en esta joya vuestra majestad me ofrece. | "After the sudden death of general de Lansac," he said, "I took his place in pursuance of your Majesty's gracious orders. Shortly afterwards we discovered two Turkish galleys towing a large ship, which we have brought home with us. We attacked them; your Majesty's soldiers fought with great spirit, as they always do, and the corsair galleys went to the bottom. I liberated in your Majesty's royal name the Christians who had escaped out of the hands of the Turks, and sent them away in one of our vessels; and have only brought with me one Spaniard and his wife, who desired of their own accord to come and behold your Majesty's greatness. The great ship we took, is one of those which come from the Portuguese possessions in India; being damaged by a storm, it fell into the power of the Turks, who took it without any difficulty. According to the account given by some of the Portuguese on board the ship, her cargo of spices, and the pearls and diamonds she carries, are worth more than a million. All is untouched, the Turks not having had time to lay hands on anything, and I have given orders that the whole should be presented to your Majesty. There is one jewel alone which, if your Majesty will bestow it upon me, will leave me your debtor for ten other ships. That jewel your Majesty has promised me: it is my Isabella, in obtaining whom I shall be richly rewarded, not only for this service, such as it is, which I have rendered your Majesty, but for many others which I intend to perform in order to repay some part of the incalculable amount which your Majesty will bestow upon me in that jewel." | |
—Levantaos, Ricaredo —respondió la reina—, y creedme, que si por precio os hubiera de dar a Isabela, según yo la estimo, no la pudiérades pagar ni con lo que trae esa nave, ni con lo que quede en las Indias. Dóyosla, porque os la prometí, y porque ella es digna de vos, y vos lo sois della. Vuestro valor sólo la merece. Si vos habéis guardado las joyas de la nave para mí, yo os he guardado la joya vuestra para vos; y aunque os parezca que no hago mucho en volveros lo que es vuestro, yo sé que os hago mucha merced en ello, que las prendas que se compran a deseos y tienen su estimación en el alma del comprador, aquello valen; que vale una alma, que no hay precio en la tierra con que aprecialla. Isabela es vuestra. Veisla allí. Cuando quisiéredes, podéis tomar su entera posesión, y creo será con su gusto, porque es discreta y sabrá ponderar la amistad que le hacéis, que no la quiero llamar merced, sino amistad, porque me quiero alzar con el nombre de que yo sola puedo hacerle mercedes. Idos a descansar y venidme a ver mañana, que quiero más particularmente oír vuestras hazañas. Y traedme esos dos que decís, que de su voluntad han querido venir a verme, que se lo quiero agradecer. | "Rise, Richard," replied the queen, "and believe me that were I to deliver Isabella to you in the way of bargain at the price at which I value her, you could not pay for her with all the wealth of your prize-ship, nor with what remains in the Indies. I give her to you because I promised to do so, and because she is worthy of you, and you of her; your valour alone entitles you to have her. If you have kept the jewels in the ship for me, I have kept your jewel for you; and though it may seem to you that I do not do much for you in returning to you what is your own, I know that I confer upon you a boon the worth of which is beyond all human computation. Isabella is yours; there she stands; you may claim her when you will, and I believe that it will be with her own consent, for she has the good sense to prize your affection as it deserves. I shall expect you again to-morrow to give me a more detailed account of your exploits, and bring me those two Spaniards who wish to see me, that I may gratify their desire." | |
Besóle las manos Ricaredo por las muchas mercedes que le hacía. Entróse la reina en una sala, y las damas rodearon a Ricaredo; y una dellas, que había tomado grande amistad con Isabela, llamada la señora Tansi, tenida por la más discreta, desenvuelta y graciosa de todas, dijo a Ricaredo: | Richard kissed the queen's hand, and her majesty retired. The ladies now gathered round Richard, and one of them, the lady Tansi, who had taken a great liking to Isabella, and who was the liveliest and most facetious lady of the court, said to him, | |
—¡Qué es esto! señor Ricaredo ¿qué armas son éstas? ¿pensábades por ventura que veníades a pelear con vuestros enemigos? Pues en verdad que aquí todas somos vuestras amigas, si no es la señora Isabela que, como española, está obligada a no teneros buena voluntad. | "What is all this, sir? Why these arms? Did you, perchance, imagine that you were coming here to fight your enemies? Believe me, you have none but friends here, unless it be the lady Isabella, who, as a Spaniard, is bound to bear you no good will." | |
—Acuérdese ella, señora Tansi, de tenerme alguna, que como yo esté en su memoria —dijo Ricaredo—, yo sé que la voluntad será buena, pues no puede caber en su mucho valor y entendimiento, y rara hermosura, la fealdad de ser desagradecida. | "Let her only vouchsafe, Lady Tansi, to have me a little in her thoughts, and I am sure she will not think of me with ill will; for ingratitude can have no place in the heart of one so good, so wise, and so exquisitely fair." | |
A lo cual respondió Isabela: —Señor Ricaredo, pues he de ser vuestra, a vos está tomar de mí toda la satisfacción que quisiéredes para recompensaros de las alabanzas que me habéis dado y de las mercedes que pensáis hacerme. | "Since I am to be yours, señor Richard," said Isabella, "claim from me what you will in recompense for the praises you bestow upon me." | |
Estas y otras honestas razones pasó Ricaredo con Isabela y con las damas, entre las cuales había una doncella de pequeña edad, la cual no hizo sino mirar a Ricaredo mientras allí estuvo. Alzábale las escarcelas por ver qué traía debajo dellas; tentábale la espada; y con simplicidad de niña, quería que las armas le sirviesen de espejo, llegándose a mirar de muy cerca en ellas; y cuando se hubo ido, volviéndose a las damas, dijo: | Whilst Isabella and the other ladies were thus conversing with Richard, there was a little girl present who did nothing but gaze at him, lift up his cuishes to see what was beneath them, touch his sword, and, with childlike simplicity, peep at her own image reflected in his bright armour. When Richard was gone away, she said, turning to the ladies, | |
—Ahora, señoras, yo imagino que debe de ser cosa hermosísima la guerra, pues aun entre mujeres parecen bien los hombres armados. | "Now I see what a fine thing war must be, since armed men look to such advantage even among ladies." | |
—Y ¡cómo si parece! —respondió la señora Tansi. Si no, mirad a Ricaredo, que no parece sino que el sol se ha bajado a la tierra. ¿Y en aquel hábito va caminando por la calle? | "Look to advantage!" exclaimed Lady Tansi; "one might take Richard for the sun, come down from Heaven, to walk the streets in that garb." | |
Rieron todas del dicho de la doncella y de la disparatada semejanza de Tansi. Y no faltaron murmuradores, que tuvieron por impertinencia el haber venido armado Ricaredo a palacio; puesto que halló disculpa en otros, que dijeron que, como soldado, lo pudo hacer, para mostrar su gallarda bizarría. Fue Ricaredo de sus padres, amigos, parientes y conocidas con muestras de entrañable amor recebido. Aquella noche se hicieron generales alegrías en Londres por su buen suceso. | Every one laughed at the little girl's remark, and at Lady Tansi's hyperbole; and there lacked not back-biters, who thought his appearing in arms at the palace was an act of great impropriety; but others excused him, saying that it was a very natural and pardonable act of vanity on the part of a gallant young soldier. Richard was most cordially welcomed by his parents, relations, and friends, and that night there were general rejoicings in London. | |
Ya los padres de Isabela estaban en casa de Clotaldo, a quien Ricaredo había dicho quién eran; pero que no les diesen nueva ninguna de Isabela hasta que él mismo se la diese. Este aviso tuvo la señora Catalina, su madre, y todos los criados y criadas de su casa. Aquella misma noche, con muchos bajeles, lanchas y barcos, y con no menos ojos que lo miraban, se comenzó a descargar la gran nave; que en ocho días no acabó de dar la mucha pimienta y otras riquísimas mercaderías que en su vientre encerradas tenía. | On his return home, he found Isabella's parents already there, and told his father and mother who they were, but begged they would give no hint of the matter to Isabella till he should make it known to her himself. His desire was punctually observed. That night they began with a great number of boats and barges, and in presence of a multitude of admiring spectators, to unload the great galleon, but eight days were consumed in the work before they had disembowelled it of its aromatic and precious freight. | |
El día que siguió a esta noche, fue Ricaredo a palacio, llevando consigo al padre y madre de Isabela, vestidos de nuevo a la inglesa, diciéndoles que la reina quería verlos. Llegaron todos donde la reina estaba en medio de sus damas, esperando a Ricaredo, a quien quiso lisonjear y favorecer, con tener junto a sí a Isabela, vestida con aquel mismo vestido que llevó la vez primera, mostrándose no menos hermosa ahora que entonces. Los padres de Isabela quedaron admirados y suspensos, de ver tanta grandeza y bizarría junta. Pusieron los ojos en Isabela y no la conocieron, aunque el corazón, presagio del bien que tan cerca tenían, les comenzó a saltar en el pecho, no con sobresalto que les entristeciese, sino con un no sé qué de gusto, que ellos no acertaban a entendelle. No consintió la reina, que Ricaredo estuviese de rodillas ante ella; antes le hizo levantar y sentar en una silla rasa, que para sólo esto allí puesta tenían, inusitada merced para la altiva condición de la reina. Y alguno dijo a otro: | On the following day, Richard went again to the palace, taking with him Isabella's father and mother, dressed in the English style, telling them that the queen wished to see them. They found the queen surrounded by her ladies, with Isabella by her side, wearing, by the queen's desire, for Richard's special gratification, the same dress in which she had made her first appearance at court. Isabella's parents were filled with admiration and astonishment at such a display of grandeur and gaiety combined. They looked at Isabella, but did not recognise her, though their hearts, prophetic of the happiness so near at hand, began to throb, not anxiously, but with an emotion of joy for which they could not account. The queen would not allow Richard to kneel before her, but made him rise and be seated on a chair which was placed for him alone, an unusual favour, which provoked many envious comments. | |
—Ricaredo no se sienta hoy sobre la silla que le han dado, sino sobre la pimienta que él trujo. | "It is not on a chair he sits," said one, "but on the pepper he has brought." | |
Otro acudió, y dijo: | "It is a true saying," remarked another, | |
—Ahora se verifica lo que comúnmente se dice, que dádivas quebrantan peñas. Pues las que ha traído Ricaredo han ablandado el duro corazón de nuestra reina. | "that gifts can soften rocks, since they have mollified the hard heart of our queen." | |
Otro acudió, y dijo: —Ahora que está tan bien ensillado, más de dos se atreverán a correrle. | "He sits at his ease," said a third, "but there are those who will make bold to push him from his seat." | |
En efecto, de aquella nueva honra que la reina hizo a Ricaredo, tomó ocasión la envidia para nacer en muchos pechos de aquellos que mirándole estaban. Porque no hay merced que el príncipe haga a su privado, que no sea una lanza que atraviesa el corazón del envidioso. Quiso la reina saber de Ricaredo menudamente, cómo había pasado la batalla con los bajeles de los corsarios; él la contó de nuevo, atribuyendo la victoria a Dios, y a los brazos valerosos de sus soldados, encareciéndolos a todos juntos y particularizando algunos hechos de algunos que más que los otros se habían señalado, con que obligó a la reina a hacer a todos merced, y en particular a los particulares; y cuando llegó a decir la libertad que en nombre de su majestad, había dado a los turcos y christianos, dijo: —Aquella mujer y aquel hombre que allí están —señalando a los padres de Isabela— son los que dije ayer a V.M.; que con deseo de ver vuestra grandeza, encarecidamente me pidieran los trujese conmigo; ellos son de Cádiz y, de lo que ellos me han contado, y de lo que en ellos he visto y notado, sé que son gente principal y de valor. | In fact, that new mark of honour which the queen bestowed on Richard gave occasion to many to regard him with envy and malice; for there is no favour which the sovereign bestows on a subject but pierces the heart of the envious like a lance. In obedience to the queen's command, Richard narrated more minutely the details of his conflict with the corsairs, attributing the victory to God, and to the arms of her valiant soldiers. He extolled them all collectively, and made special mention of some who had particularly distinguished themselves, in order that the queen might reward them all and singly. When he came to speak of his having, in her majesty's name, set the Turks and Christians at liberty, he said, pointing to Isabella's parents, "These are the persons of whom I spoke yesterday to your majesty, who, desiring to behold your greatness, earnestly besought me to bring them away with me. They are from Cadiz, and from what they have told me, and from what I have myself observed, I am assured that they are persons of worth and quality." | |
Mandóles la reina que se llegasen cerca. Alzó los ojos Isabela a mirar los que decían ser españoles, y más de Cádiz, con deseo de saber si por ventura conocían a sus padres. Ansí como Isabela alzó los ojos, los puso en ella su madre, y detuvo el paso para mirarla más atentamente, y en la memoria de Isabela se comenzaron a despertar unas confusas noticias que le querían dar a entender que en otro tiempo ella había visto a aquella mujer que delante tenía. Su padre estaba en la misma confusión, sin osar determinarse a dar crédito a la verdad que sus ojos le mostraban. Ricaredo estaba atentísimo a ver los afectos, y los movimientos que hacían las tres dudosas y perplejas almas, que tan confusas estaban entre el sí y el no de conocerse. Conoció la reina la suspensión de entrambos, y aun el desasosiego de Isabela, porque la vio trasudar y levantar las manos muchas veces a componerse el cabello. En esto, deseaba Isabela que hablase la que pensaba ser su madre, quizá los oídos la sacarían de la duda en que sus ojos la habían puesto. La reina dijo a Isabela que en lengua española dijese a aquella mujer y a aquel hombre que le dijesen qué causa les había movido a no querer gozar de la libertad que Ricaredo les había dado, siendo la libertad la cosa más amada, no sólo de la gente de razón, más aún de los animales que carecen della. | The queen commanded them to approach her. Isabella raised her eyes to look at persons who she heard were Spaniards, and, above all, from Cadiz, longing to know if perchance they were acquainted with her parents. Her mother first encountered her gaze, and as she looked attentively at her, there rose on her mind some shadowy confused reminiscences that seemed to intimate she had seen that face before. Her father was in the same wavering state of mind, not daring to believe the evidence of his eyes, whilst Richard watched intently the workings of their perplexed and dubious souls. The queen too noticed the emotion of the two strangers, and also Isabella's uneasiness, for she saw her often raise her hand to her forehead, which was bedewed with perspiration. Whilst Isabella was longing that the person she imagined to be her mother would speak, thinking that the sound of her voice would resolve her doubts, the queen commanded her to ask the strangers in Spanish what had induced them voluntarily to forego the freedom which Richard had offered them, since freedom was the thing most prized, not only by reasonable creatures, but even by irrational animals. | |
Todo esto preguntó Isabela a su madre. La cual, sin responderle palabra, desatentadamente y medio tropezando, se llegó a Isabela, y sin mirar a respecto, temores, ni miramientos cortesanos, alzó la mano a la oreja derecha de Isabela, y descubrió un lunar negro que allí tenía, la cual señal acabó de certificar su sospecha. Y viendo claramente ser Isabela su hija, abrazándose con ella, dio una gran voz, diciendo: | Isabella put this question to her mother, who, without answering a word, rushed abruptly and almost totteringly to Isabella, and forgetting all respect of place or circumstances, put her hand to her daughter's right ear, and discovered a dark mole behind it. Assured now beyond all doubt that Isabella was her daughter, she cried out, | |
—¡Oh hija de mi corazón! ¡Oh prenda cara del alma mía! —Y sin poder pasar adelante se cayó desmayada en los brazos de Isabela. | "Child of my heart! treasure of my soul!" and swooned in her arms. | |
Su padre, no menos tierno que prudente, dio muestras de su sentimiento no con otras palabras que con derramar lágrimas que sesgamente su venerable rostro y barbas le bañaron. Juntó Isabela su rostro con el de su madre, y volviendo los ojos a su padre, de tal manera le miró que le dio a entender el gusto y el descontento que de verlos allí su alma tenía. La reina admirada de tal suceso, dijo a Ricaredo: | The father, no less tender hearted but with more self-command, gave no other token of his feelings than the tears that streamed down his venerable face and beard. With her lips pressed upon her mother's, Isabella bent her eyes upon her father, with looks that spoke the gladness of her soul. The queen was greatly affected by this touching scene, and said to Richard, | |
—Yo pienso, Ricaredo, que en vuestra discreción se han ordenado estas vistas y no se os diga que han sido acertadas, pues sabemos que así suele matar una súbita alegría, como mata una tristeza. | "I know not whether you have done wisely in contriving this meeting, for sudden joy, it is known, can kill as well as grief." | |
Y diciendo esto se volvió a Isabela y la apartó de su madre, la cual, habiéndole echado agua en el rostro volvió en sí, y estando un poco más en su acuerdo, puesto de rodillas delante de la reina, le dijo: —Perdone, vuestra majestad, mi atrevimiento, que no es mucho perder los sentidos con la alegría del hallazgo desta amada prenda. | Then, turning to Isabella, she withdrew her from her mother, who, after her face had been sprinkled with water, came to her senses, and recollecting herself a little better, fell on her knees before the queen, entreating her majesty's pardon. | |
Respondióle la reina que tenía razón, sirviéndole de intérprete, para que lo entendiese, Isabela. La cual, de la manera que se ha contado, conoció a sus padres y sus padres a ella, a los cuales mandó la reina quedar en palacio para que de espacio pudiesen ver y hablar a su hija y regocijarse con ella. De lo cual Ricaredo se holgó mucho, y de nuevo pidió a la reina le cumpliese la palabra que le había dado, de dársela, si es que a caso la merecía; y de no merecerla, le suplicaba desde luego le mandase ocupar en cosas que le hiciesen digno de alcanzar lo que deseaba. | Elizabeth graciously replied, and commanded that the two strangers should take up their abode in the palace, that they might have the more opportunity of rejoicing in their daughter's society. Richard then renewed his request that the queen would fulfil her promise, and bestow Isabella upon him, if so it were that he had deserved her, but if not, he begged to be sent where he might find opportunities of doing so. | |
Bien entendió la reina que estaba Ricaredo satisfecho de sí mismo, y de su mucho valor, que no había necesidad de nuevas pruebas para calificarle; y así, le dijo que de allí a cuatro días le entregaría a Isabela, haciendo a los dos la honra que a ella fuese posible. | The queen was well aware that Richard was well satisfied with himself, and that there was no need of putting him to further proof; she told him, therefore, that in four days he should obtain the object of his desires, and that she would honour their union with her royal countenance. | |
Con esto se despidió Ricaredo, contentísimo con la esperanza propincua que llevaba de tener en su poder a Isabela sin sobresalto de perderla, que es el último deseo de los amantes. Corrió el tiempo, y no con la ligereza que él quisiera; que los que viven con esperanzas de promesas venideras, siempre imaginan que no vuela el tiempo sino que anda sobre los pies de la pereza misma. Pero en fin llegó el día, no donde pensó Ricaredo poner fin a sus deseos, sino de hallar en Isabela gracias nuevas que le moviesen a quererla más, si más pudiese. | Richard then took his leave of her majesty, his heart swelling with joy at the near prospect of Isabella becoming his own for ever. Time sped, but not with the nimbleness he desired; for those who live on the hopes of pleasure to come, always imagine that time does not fly, but hobbles on the feet of sloth itself. At last the day came on which Richard expected, not to end his desires, but to find in Isabella new graces which should make him love her more, if more was possible. | |
Mas en aquel breve tiempo, donde él pensaba que la nave de su buena fortuna corría con próspero viento hacia el deseado puerto, la contraria suerte levantó en su mar tal tormenta, que mil veces temió anegarle. Es, pues, el caso que la camarera mayor de la reina, a cuyo cargo estaba Isabela, tenía un hijo de edad de veinte y dos años llamado el conde Arnesto. Hacíanle la grandeza de su estado, la alteza de su sangre, el mucho favor que su madre con la reina tenía... Hacíanle, digo, estas cosas más de lo justo arrogante, altivo y confiado. | But in that brief space of time, in which he thought the bark of his fortunes was running with a prosperous gale towards the desired haven, it encountered such a fearful tempest, as a thousand times threatened it with wreck. The queen's keeper of the robes, who had charge of Isabella, had a son aged two-and-twenty, named Count Ernest, whom his great wealth, his high blood, and his mother's great favour with the queen, made too arrogant and overbearing. | |
Este Arnesto, pues, se enamoró de Isabela tan encendidamente que en la luz de los ojos de Isabela tenía abrasada el alma. Y aunque en el tiempo que Ricaredo había estado aunsente con algunas señales le había descubierto su deseo, nunca de Isabela fue admitido. Y puesto que la repugnancia y los desdenes en los principios de los amores suelen hacer desistir de la empresa a los enamorados, en Arnesto obraron lo contrario los muchos y conocidos desdendes que le dio Isabela, porque con su celo ardía, y con su honestidad se abrasaba. Y como vio que Ricaredo, según el parecer de la reina, tenía merecida a Isabela y que en tan poco tiempo se la había de entregar por mujer, quiso desesperarse; pero antes que llegase a tan infame y tan cobarde remedio, habló a su madre, diciéndole que pidiese a la reina le diese a Isabela por esposa; donde no, que pensase que la muerte estaba llamando a las puertas de su vida. Quedó la camarera admirada de las razones de su hijo, y como conocía la aspereza de su arrojada condición, y la tenacidad con que se le pegaban los deseos en el alma, temió que sus amores habían de parar en algún infelice suceso. Con todo eso, como madre, a quien es natural desear y procurar el bien de sus hijos, prometió al suyo de hablar a la reina, no con esperanza de alcanzar della el imposible de romper su palabra, sino por no dejar de intentar, como en salir desasuciada, los últimos remedios. | He fell most violently in love with Isabella, and, during Richard's absence, he had made some overtures to her which she had coldly disregarded. Although repugnance and disdain manifested at the outset usually make the enamoured desist from their suit, yet Isabella's notorious disdain had the contrary effect on Ernest, for it fired his passion, and consumed his sense of honour. He was almost distracted when he found that the queen had adjudged Isabella to Richard, and that she was so soon to become his; but before he committed himself to the infamous and dastardly course which he ultimately adopted, he first besought his mother to use her influence with the queen on his behalf, declaring that his death was at hand unless he obtained Isabella for his wife. The countess, well knowing her son's violent and arrogant disposition, and the obstinacy with which he pursued his desires, had reason to fear that his passion would lead to some unhappy result. With a mother's natural anxiety to gratify her son's wishes, she promised to speak to the queen, not with the hope of succeeding in the impossible attempt to make her majesty break her word, but in order not to sit down in despair, while any remedy remained to be tried. | |
Y estando aquella mañana Isabela vestida, por orden de la reina, tan ricamente que no se atreve la pluma a contarlo, y habiéndole echado la misma reina al cuello una sarta de perlas de las mejores que traía la nave, que las apreciaron en veinte mil ducados, y puéstole un anillo de un diamante que se apreció en seis mil escudos, y estando alborozadas las damas, por la fiesta que esperaban del cercano desposorio, entró la camarera mayor a la reina y de rodillas le suplicó que suspendiese el desposorio de Isabela por otros dos días, que con esta merced sola que su majestad le hiciese, se tendría por satisfecha y pagada de todas las mercedes, que por sus servicios merecía y esperaba. | That morning Isabella was dressed by the queen's orders with a magnificence which defies description. With her own hands her majesty put on her neck a string of the largest pearls found in the galleon, valued at twenty thousand ducats, and a diamond ring on her finger worth six thousand crowns. But whilst the ladies were in great glee anticipating the glad time so near at hand, the keeper of the robes presented herself before the queen, and implored her on her knees to postpone Isabella's wedding for two days longer, declaring that if her majesty would only do so, it would more than reward her for all her past services. | |
Quiso saber la reina primero, por qué le pedía con tanto ahínco aquella suspensión que tan derechamente iba contra la palabra que tenía dada a Ricaredo. Pero no se la quiso dar la camarera, hasta que le hubo otorgado, que haría lo que le pedía. Tanto deseo tenía la reina de saber la causa de aquella demanda, y así, después que la camarera alcanzó lo que por entonces deseaba, contó a la reina los amores de su hijo y cómo temía que si no le daban por mujer a Isabela, o se había de desesperar, o hacer algún hecho escandaloso.Y que si había pedido aquellos dos días, era por dar lugar a que su majestad pensase qué medio sería a propósito, y conveniente, para dar a su hijo remedio. | The queen desired to know, in the first instance, why she made that request, so directly at variance with the royal promise given to Richard; but the countess would not explain until the queen, urged by curiosity to discover the cause of this strange request, promised that she would grant it. Having thus succeeded in her immediate object, the lady keeper made the queen acquainted with her son's passion, and how, fearing that unless he obtained Isabella he would commit some desperate deed against himself or others, she had asked for that delay of two days in order that her majesty might devise the best means of saving the life of her son. | |
La reina respondió que si su real palabra no estuviera de por medio, que ella hallara salida a tan cerrado laberinto, pero que no la quebrantaría, ni defraudaría las esperanzas de Ricaredo por todo el interés del mundo. Esta respuesta dio la camarera a su hijo, el cual, sin detenerse un punto, ardiendo en amor y en celos, se armó de todas armas y, sobre un fuerte y hermoso caballo, se presentó ante la casa de Clotaldo, y a grandes voces pidió que se asomase Ricaredo a la ventana. El cual a aquella sazón estaba vestido de galas de desposado y a punto para ir a palacio con el acompañamiento que tal acto requería; mas habiendo oído las voces y siéndole dicho, quien las daba y del modo que venía, con algún sobresalto, se asomó a una ventana. Y como le vio Arnesto, dijo: | The queen replied that had she not pledged her royal word, she would have found a way to smooth over that difficulty, but that, for no consideration, could she retract her promise or defraud Richard of the hope she had given him. The lady keeper reported the queen's answer to her son, but nothing could overcome his headstrong presumption. Arming himself at all points he mounted a powerful charger, and presented himself before Clotald's house, and shouted for Richard to come to the window. Richard was dressed as a bridegroom, and was on the point of setting out for the palace with his friends, but hearing himself thus summoned, he went with some surprise and showed himself at an open window. | |
—Ricaredo, estáme atento a lo que decirte quiero. La reina, mi señora, te mandó fueses a servirla y a hacer hazañas, que te hiciesen merecedor de la sin par Isabela. Tu fuiste y volviste, cargadas las naves de oro, con el cual piensas haber comprado y merecido a Isabela; y aunque la reina, mi señora, te la ha prometido, ha sido creyendo que no hay ninguno en su corte, que mejor que tú la sirva, ni quien con mejor título merezca a Isabela; y en esto bien podrá ser, se haya engañado. Y así, llegándome a esta opinión, que yo tengo por verdad averiguada, digo que ni tú has hecho cosas tales que te hagan merecer a Isabela, ni ninguna podrás hacer que a tanto bien te levanten, y en razón de que no la mereces, si quisieres contradecirme, te desafío a todo trance de muerte. | "Hark you, Richard; I have something to say to you," said Count Ernest. "Our lady the queen ordered you to go forth on her service and perform exploits that should render you worthy of the peerless Isabella. You set out, and returned with ships laden with wealth, with which you think you have bought your title to Isabella. But though our lady the queen promised her to you, it was under the belief that there was no one at her court who could serve her better than you, or more justly aspire to the fair Spaniard's hand; but in this it may be that her majesty was mistaken. Being of that opinion, and holding it for very truth, I say that you have done no such deeds as can make you worthy of Isabella, nor can you ever perform any to raise you to that honour; and if you dare to maintain the contrary, I defy you to the death." | |
Calló el conde, y desta manera le respondió Ricaredo: —En ninguna manera me toca salir a vuestro desafío, señor conde, porque yo confieso no sólo que no merezco a Isabela, sino que no la merece ninguno de los que hoy viven en el mundo; así que confesando yo lo que vos decís, otra vez digo, que no me toca vuestro desafío. Pero yo le acepto por el atrevimiento que habéis tenido en desafiarme. | "I am in no wise called upon to take up your defial," replied Richard; "because I confess not only that I do not merit Isabella, but that no man living does so. Confessing, therefore, the truth of what you allege, I say again, that your defial touches not me; nevertheless, I accept it in order to chastise your insolence." | |
Con esto se quitó de la ventana y pidió apriesa sus armas. Alborotáronse sus parientes y todos aquellos que para ir a palacio habían venido a acompañarle. De la mucha gente que había visto al conde Arnesto armado, y le había oído las voces del desafío, no faltó quien lo fue a contar a la reina; la cual mandó al capitán de su guarda, que fuese a prender al conde. El capitán se dio tanta priesa, que llegó a tiempo que ya Ricaredo salía de su casa, armado con las armas con que se había desembarcado, puesto sobre un hermoso caballo. Cuando el conde vio al capitán, luego imaginó a lo que venía, y determinó de no dejar prenderse, y alzando la voz contra Ricaredo, dijo: | So saying, he left the window and called for his arms. Richard's family and the friends who had assembled to escort him to the palace were thrown into confusion by this untoward incident. The challenge having been so publicly given, it could not be but that some one should report it to the queen. This was done accordingly, and her majesty ordered the captain of her guard to arrest Count Ernest. The captain made such good speed that he arrived just as Richard was riding out from his father's house, mounted on a handsome steed, and equipped with the magnificent arms in which he had gone to pay his respects to the queen on his return from his expedition. The moment the count saw the captain of the queen's guard, he guessed his purpose, and resolving not to let himself be caught, he shouted out, | |
—Ya ves, Ricaredo, el impedimento que nos viene. Si tuvieres gana de castigarme, tú me buscarás; y por la que yo tengo de castigarte, también te buscaré. Y pues dos que se buscan fácilmente se hallan, dejemos para entonces la ejecución de nuestros deseos. | "You see, Richard, how we are interrupted. If you are bent upon chastising me, you will look for me as I will look for you. Two people surely meet when they have a mind." | |
—Soy contento —respondió Ricaredo. | "The sooner the better," said Richard. | |
En esto llegó el capitán con toda su guarda y dijo al conde que fuese preso en nombre de su majestad. Respondió el conde, que sí daba, pero no para que le llevasen a otra parte, que a la presencia de la reina. Contentóse con esto el capitán, y cogiéndole en medio de la guarda, le llevó a palacio ante la reina, la cual ya de su camarera estaba informada del amor grande que su hijo tenía a Isabela, y con lágrimas había suplicado a la reina perdonase al conde, que como mozo y enamorado, a mayores yerros estaba sujeto. Llegó Arnesto ante la reina; la cual, sin entrar con él en razones, le mandó quitar la espada y que le llevasen preso a una torre. | Meanwhile, the captain of the guards came up and, in the queen's name, arrested the count, who surrendered, requesting to be taken into the queen's presence. The captain complied, and carried Ernest before the queen, who, without entering into any discourse with him, ordered that he should surrender his sword and be committed to the Tower. | |
Todas estas cosas atormentaban el corazón de Isabela y de sus padres, que tan presto veían turbado el mar de su sosiego. Aconsejó la camarera a la reina que para sosegar el mal que podía suceder entre su parentela y la de Ricaredo, que se quitase la causa de por medio, que era Isabela, enviándola a España, y así cesarían los efectos, que debían de temerse. Añadiendo a estas razones, decir que Isabela era cathólica, y tan christiana que ninguna de sus persuasiones, que habían sido muchas, la habían podido torcer en nada de su cathólico intento. A lo cual respondió la reina, que por eso la estimaba en más, pues tan bien sabía guardar la ley que sus padres la habían enseñado. Y que en lo de enviarla a España no tratase, porque su hermosa presencia y sus muchas gracias y virtudes le daban mucho gusto, y que, sin duda, si no aquel día, otro, se la había de dar por esposa a Ricaredo, como se lo tenía prometido. | All these things were torture to the heart of Isabella and to her parents, who saw their new-found happiness so soon disturbed. The lady keeper advised the queen that to prevent the mischief which might break out between her own family and Richard's, the possible cause of it should be withdrawn, by sending Isabella to Spain. In support of this suggestion she added that Isabella was a Catholic, and so rooted in that faith, that all the arguments and persuasions she had used to withdraw her from it, and they were many, were of no avail. The queen replied that she esteemed her the more, since she was steadfast to the law taught her by her parents; and that as for sending her to Spain, it was not to be thought of, for she was charmed with her lovely presence and her many graces and virtues. In fine, the queen was resolved that Isabella should become Richard's wife, if not that day, on another, without fail. | |
Con esta resolución de la reina, quedó la camarera tan desconsolada, que no le replicó palabra. Y, pareciéndole lo que ya le había parecido, que si no era quitando a Isabela de por medio, no había de haber medio alguno que la rigurosa condición de su hijo ablandase, ni redujese a tener paz con Ricaredo, determinó de hacer una de las mayores crueldades que pudo caber jamás en pensamiento de mujer principal, y tanto como ella lo era. Y fue su determinación matar con tósigo a Isabela; y, como por la mayor parte sea la condición de las mujeres ser prestas y determinadas, aquella misma tarde atosigó a Isabela en una conserva que le dio, forzándola que la tomase por ser buena contra las ansias de corazón que sentía. Poco espacio pasó después de haberla tomado, cuando a Isabela se le comenzó a hinchar la lengua y la garganta, y a ponérsele denegridos los labios y a enronquecérsele la voz, turbársele los ojos y apretársele el pecho; todas conocidas señales de haberle dado veneno. | The lady keeper was so mortified by this reply that she withdrew without saying a word; and having already made up her mind that unless Isabella was removed there could be no hope of relief for her son or of peace between him and Richard, she determined to commit one of the most atrocious acts that could enter the mind of a lady of her exalted station. Women being, for the most part, rash and sudden in the execution of their resolves, the lady keeper that evening gave Isabella poison in a conserve which she pressed her to take, under the pretence that it was good for the sinking and oppression of the heart which she complained of. A short while after Isabella had swallowed it her throat and tongue began to swell, her lips turned black, her voice became hoarse, her eyes fixed and glassy, and her breathing laboured and stertorous: in short, she exhibited all the symptoms of having been poisoned. | |
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MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA |
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