Fui sombra del amor en tu mundo vacío.
Fui alas que crecieron a tu hermosa ilusión.
Fui imagen de ternura en tus días de hastío,
pero… no fui tu amor.
Fui pecado escondido a los ojos del mundo.
Fui aventura y capricho, ansiedad y perdón.
Fui consuelo absoluto a tu dolor profundo;
pero… no fui tu amor.
Fui luz en tu sonrisa, calor en tu mirada.
Fui la letra olvidada de una vieja canción.
Fui el recuerdo de un día, la lluvia inesperada;
pero… no fui tu amor.
Tu amor es algo inmenso y a la vez, poca cosa,
como el tiempo y la vida, la pasión, el rencor;
la distancia, el deseo, la amistad,… una rosa;
el dolor, la alegría, la verdad… el perdón.
Y quise ser el sueño que alentara tu vida,
ese instante perpetuo que embriaga la razón;
esa llama que siempre permanece encendida
y el sonido que late allí… en tu corazón.
Mas… sólo fui un juguete de todos tus caprichos,
el capítulo simple de un cuento de guiñol;
burbuja de jabón que al viento se deshizo,
Y aunque fui todo eso… ¡no pude ser tu amor!
©Rosa Lía de la Soledad |