Regresas en cálido eco infinito
me dejas tu verso estremecido
reverberando en los umbrales del alma.
Como rebeldes jazmines del invierno
la fragancia de tu existir
aniquila cumbres y distancias.
Grito, en el silencio de mi boca,
cada letra de tu nombre.
Tú tienes las llaves de la magia evocada,
haces florecer otoños
con el sólo acto de nacer.
En cada brisa clandestina
levantas escamas doradas
que algún pretérito tilo ha descuidado…
Grito al caer en las nostalgias de la tarde
para que el ocaso se lleve
las melancolías gastadas
Grito para que
en los dedos de la Luna
aparezcan tus palabras,
como ágatas nocturnas
como rosas misteriosas
de lejanas melodías sin espinas,
acunadas en mi pecho.
Es un grito de sed inagotable:
Este grito de Abril es regreso,
un cálido eco infinito…
cabalgando los recodos del tiempo.
Paporcoy
12 de abril de 2011 |