Continúo la marcha tristemente,
Pues el fin de este viaje fatigoso
Al reposo y quietud ha de mostrarle
Cuántas millas de ti me he distanciado.
El bruto va llevándome despacio,
Cargando con las penas que me agobian,
Cual si el pobre supiera por instinto,
Que el jinete no quiere apresurarse.
No lo azuza la punta enrojecida
Que a veces mi furor le hunde en el flanco,
A lo cual él responde con gruñidos
Más filosos que el hierro de mi espuela.
Pues con cada gruñido me recuerda
Que mi pena se acerca y tú te alejas.
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