La corneja sedienta - M. A. Príncipe

Atormentada de sed
Hallábase una Corneja,
Y viendo un cubo con agua ,
Alampose a beber de ella.

Por desgracia era aquel cubo
Largo y hondo en gran manera,
Y estaba el agua allá abajo,
Y no era fácil bebería.

La Corneja alargó el cuello
Cuatro o seis veces diversas;
Mas no alcanzó con su pico
Al agua en el fondo puesta.

Visto aquello, procuró
Con porfiada insistencia
Volcar el cubo: mas fue
Inútil también su empresa.

En tal apuro le ocurre
Una magnífica idea,
Y es echar dentro del cubo
Piedras y piedras y piedras.

Con esto sube hasta arriba
El agua que tanto anhela,
Y bebe lo que se llama
Hasta quedar satisfecha.

— ¡Eh! ¿qué tal? exclama luego:
La industria todo lo arregla;
Y aun por eso dice el dicho:
Más vale maña que fuerza.

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M. A. Príncipe

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La corneja sedienta

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Atormentada de sed
Hallábase una Corneja,
Y viendo un cubo con agua ,
Alampose a beber de ella.

Por desgracia era aquel cubo
Largo y hondo en gran manera,
Y estaba el agua allá abajo,
Y no era fácil bebería.

La Corneja alargó el cuello
Cuatro o seis veces diversas;
Mas no alcanzó con su pico
Al agua en el fondo puesta.

Visto aquello, procuró
Con porfiada insistencia
Volcar el cubo: mas fue
Inútil también su empresa.

En tal apuro le ocurre
Una magnífica idea,
Y es echar dentro del cubo
Piedras y piedras y piedras.

Con esto sube hasta arriba
El agua que tanto anhela,
Y bebe lo que se llama
Hasta quedar satisfecha.

— ¡Eh! ¿qué tal? exclama luego:
La industria todo lo arregla;
Y aun por eso dice el dicho:
Más vale maña que fuerza.

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