Los pajarillos robados
Penan mucho y mueren luego,
Y es un crimen que a los bosques-
De tanto cantor privemos.
De tanto trino y murmullo.
Alegría de los vientos.
Niños del fresco arbolado,
Serenatas de los cielos.
Robóse Macario un nido,
Con cuatro implumes poUuelos,
Y llevóselo a su casa
Dando brincos de contento;
Mas ; ay ! esa misma noche
Se los comió el Gato negro,
Y él puso el grito en las nubes
De angustia y cólera lleno.
— ¡Cállate! la madre díjole;
¿Porqué tales aspavientos
Si el gato no hizo otra cosa
Que lo que te ha visto haciendo?
Y antes más cruel tú fuiste
Que ese irracional, respecto
A los inocentes padres
De esos pajarillos tiernos.
Por tu propio dolor juzga
Del dolor y del despecho
De su madre, que irá loca
Buscándolos y gimiendo.
Cada dolor que causamos
Justo es que se vuelva nuestro,
Nadie debe divertirse
Con los dolores ajenos. |