No hay desventura que no arranque de una llaga o que no la produzca, y no hay caridad verdadera que no se enferme o no se manche. —No hay hombre más perverso que aquel que no quiere contaminarse. —Más frío y más estéril que un témpano es el impecable. —Nadie más injusto que un desgraciado, ni más indiscreto, ni más mal pensado, ni más caviloso, ni más incongruente, ni más agresivo, ni más odioso. No es más que enemigo y no discurre más que revanchas. —De todos los heroísmos es capaz el hombre, si hay un público que lo aplaude, y un grande que le recompense, aunque sea con una mirada. —Siempre que haya luz, y laureles, y estatuas, y páginas de la historia, tu corazón será un tesoro inagotable de sublimidades; siempre que haya sombra y olvido, será una caverna. |