AlbaLearning - Audiolibros y Libros - Learn Spanish

| HOME | AUDIOLIBROS | AMOR | ERÓTICA | HUMOR | INFANTIL | MISTERIO | POESÍA | NO FICCIÓN | BILINGUAL | VIDEOLIBROS | NOVEDADES |

Amado Nervo en AlbaLearning

Amado Nervo

"Un sueño"

Capítulo 6

Biografía de Amado Nervo en AlbaLearning

 
 
[ Descargar archivo mp3 ]
 
Música: Debussy - Reflets dans l'eau
 
Un sueño
OBRAS DEL AUTOR
Biografía breve
Cuentos
Novelas
Poemas
Plenitud (Poemas en prosa)
Algunos. Crónicas varias
Mis filosofías
Los balcones

ESCRITORES MEXICANOS

Alberto Leduc
Alfonso Reyes
Alvaro Mutis
Amado Nervo
Amparo Dávila
ángel de Campo (Micrós)
Augusto Monterroso
Carlos Díaz Dufóo
Carlos Fuentes
Ciro Bernal Ceballos
Efrén Hernández
Efrén Rebolledo
Fernández de Lizardi
Francisco Sosa
Ignacio Manuel Altamirano
Isidro Fabela Alfaro
José Emilio Pacheco
Jose Juan Tablada
Jose Vasconcelos
Juan José Arreola
Juan Ruiz de Alarcón
Juan Rulfo
Justino Fabela Alfaro
Justo Sierra Méndez
Luis Gonzaga Urbina
Manuel Acuña
Manuel Gutiérrez Nájera
Octavio Paz
Rafael Delgado
Ramón López Velarde
René Avilés Fabila
Rosario Castellanos
Sergio Galindo Márquez
Salvador Elizondo
Sor Juana Inés de la Cruz

 

LE PUEDE INTERESAR
Cuentos Infantiles y Juveniles
Cuentos y Leyendas Populares
Cuentos de Navidad
Misterio y Terror
Poesía
<<< 6 >>>
     

El Rey Don Felipe

 

El Greco y sus dos acompañantes vieron abrirse por fin una mampara, y fueron introducidos, de la antecámara donde esperaban hacía algunos minutos, y en la que había varios lujosos guardias de la Borgoñona y la Alemana, con algunos monteros de Espinosa, a una espaciosa cuadra tapizada toda ella de maravillosos tapices de Flandes, y en la cual estaba el rey, de pie, al lado de ancha mesa que ostentaba gran cubierta de terciopelo con flecos y motas de oro, de las que por aquel tiempo se tejían y bordaban en Nápoles, y sobre la cual se veían muchos papeles en legajos o sueltos, un bello trozo de ónix verde de la Puebla de los Ángeles, semejante a los que se empleaban en algunas ornamentaciones de la iglesia de El Escorial, y un gran Cristo de marfil.

Detrás del rey había un sillón, en cuyo respaldo, entre rojos arabescos, se destacaba el águila imperial.

Vestía Don Felipe de negro, muy elegantemente, pero sin bordado alguno de oro o plata, ni más joya que el Toisón, pendiendo en la mitad del pecho de un collar esmaltado de oro, hecho de dobles eslabones unidos a pedernales, con la divisa: Ante ferit quam flamma micet. Era esta insignia, en efecto, la preferida del Rey. Antes de él, pertenecía el derecho de conferir la dignidad correspondiente al Capítulo de la Orden; pero Don Felipe abrogose el poder de concederla según su real beneplácito, aboliendo, por tanto, el artículo de los estatutos que había limitado siempre el número de los caballeros.

Era, según pudo ver Lope, de estatura mediana, esbelto aún a pesar de la edad, blanco y rubio. Llevaba recortada a la flamenca la barba, en la que con el oro radiaban ya algunas hebras de plata. Su mirada, clara y profundamente tranquila, no tenía expresión alguna.

Avanzaron los tres uno tras de otro, siendo Lope el último, e hincada la rodilla besaron la real mano, cubierta por guante de ámbar, y quedaron después a respetuosa distancia.

-Domenikos Theotokopulos -dijo el rey con voz glacial, pero sin el menor asomo de dureza al pintor, y sin mirarle a la cara-: deseo que pongáis más diligencia en los cuadros que se os han encomendado para El Escorial. Bien sabéis el empeño que he puesto en el ornato interior de las salas de los Capítulos, para que sean dignos de la grandeza de toda la obra.

-Y lo serán, ciertamente, señor -respondió el artista con su pésimo acento-; créame Vuestra Majestad que trabajo con empeño para servirle.

-Huélgome de ello -respondió Don Felipe-. ¿Habéis madurado ya el asunto de nuestro cuadro? De él, especialmente, quería hablaros. Debe ser este asunto, según sabéis, la negativa de San Mauricio, jefe de la legión cristiana de Tebas, a sacrificar a los falsos dioses. Quiero que sea cuadro de mucha piedad y edificación. Tened, pues, buen ánimo, y dadle pronto remate.
El Greco, que tenía sobre la conciencia su desvío para el cuadro, proveniente, ya de que el asunto no le gustaba, ya de que no se le permitía en él ejercitar toda la independencia de su pincel, había pretextado que le faltaban elementos para su obra. Así es que, ante la pregunta del rey, halló que venía a pelo la excusa, y respondió:

-Antes lo hubiera hecho, de tener lo necesario. Juan de Herrera os habrá dicho, señor...

-Sí; que os faltaban dineros y colores; de todo se os proveerá. Así lo he ordenado. El mismo Juan de Herrera, cuando vayáis a Madrid, os dará nuevos encargos.

-Todos los que Vuestra Majestad me haga por su conducto, serán ejecutados con celo. Hombre es Juan de Herrera que sabe hacerse entender y a quien yo tengo en gran estima.

-Gentilhombre de prendas es -dijo el Rey- tan sabio, como modesto y laborioso. Y estos jóvenes -añadió Don Felipe volviéndose afablemente hacia Gaetano y Lope-, ¿son vuestros discípulos?

-El uno, señor, lo es. Conmigo vino de Italia -respondió el Greco señalando a Gaetano-; el otro es platero de oficio, y hame dicho que trabaja una custodia para una iglesia de Toledo.

-Noble arte es el vuestro -dijo el monarca a Lope-, y en él tenéis predecesores ilustres. ¿Conocéis las custodias de Enrique Arfe? El emperador, mi señor y padre, teníalo en mucha estima.

Lope quiso responder, pero en aquel momento luchaban en su espíritu sensaciones y sentimientos muy encontrados. Del fondo de su ser subía algo como la convicción íntima de su personalidad anterior al sueño; también él era rey, rey descendiente de este monarca pálido, minucioso, devoto, displicente, mesurado y frío, cuya historia leyera tanto, y un choque de personalidades, de recuerdos confusos lo turbaba. No pudo hablar. El Rey, más afable aún, creyéndole intimidado, díjole:

-¡Sosegaos, sosegaos! -Y volviéndose al Greco- ¿Habéis visto últimamente El Escorial?

-Lo he visto, señor; notable es su severidad, así como la gallardía y hermosura de su iglesia. Herrera interpreta con suma pureza el Renacimiento. Es un artista sereno, sencillo y grande, y El Escorial digna obra suya y vuestra, señor.

-Pláceme lo que me decís, Domenikos Theotokopulos. Bien sabéis que yo he querido edificar un palacio para Dios... ¡y una choza para mí! -añadió sonriendo levemente, tras de lo cual los tres besaron la mano que el monarca les tendía, dando por terminada la audiencia.

Inicio
<<< 6 >>>
  Índice Obra  
 

Índice del Autor

Cuentos y Novelas de Amor

Misterio y Terror

 
 
 

¡Nuevos cada día!

NOvedades en AlbaLearning - Nuevos audiolibros cada día


De actualidad
Cuentos de Navidad *
Misterio y terror *
Literatura erótica para adultos. Guentos galantes. *
Cuentos de amor y desamor para San Valentín *
Colección de Poemas *

Fábulas *
Biografías Breves *
Pensamientos, Máximas y Aforismos *
Especiales
Santa Teresa de Jesús
Cervantes
Shakespeare
Rubén Darío
Emilia Pardo Bazán
Federico García Lorca
Julia de Asensi
Carmen de Burgos
 
Especial
"Los huesos del abuelo" de Carmen de Burgos
"D. Jeckill y Mr Hyde" de R. Louis Stevenson
"El diablo desinteresado" de Amado Nervo
"La casa de Bernarda Alba" de F. García Lorca
AUTORES RECOMENDADOS
Don Quijote - Novelas Ejemplares - Auidiolibro y Libro Gratis en AlbaLearning William Shakespeare - IV Centenario - Audiolibro y Libro Gratis en AlbaLearning Especial de Rubén Darío en AlbaLearning - Centenario Especial Amado Nervo Especial de Emilia Pardo Bazán en AlbaLearning - Centenario Federico García Lorca Carmen de Burgos (Colombine) - Audiolibros y Libros Gratis en AlbaLearning
 
ESPECIALES
Esta web utiliza cookies para poder darles una mejor atención y servicio. Si continúa navegando consideramos que acepta su uso.

¿Cómo descargar los audiolibros?

Síganos en:

Síganos en Facebook - Síganos en Twitter - Síganos en Youtube

Deje un mensaje:

Guestbook (Deje su mensaje - Leave your message) Guest-book

©2021 AlbaLearning (All rights reserved)