No mandes los nenes a la escuela
porque no la han abierto
y está, si es que el Señor no hace un milagro,
cerraïca pa tiempo...
Ha caido en la cama,
mu malico el maestro,
y es cosa de temer, por las señales,
que ya no se levante el probe viejo...
Una jaula vacía
páece la escuela con aquel silencio,
y por juera corriendo los zagales,
una bandá de pajaricos sueltos.
Ya doblan las campanas...
ya arremató el maestro...
muncha pena me da, porque era un hombre
de los pocos c´hay güenos...
muncha pena me da por los zagales...
¡No paro de pensar qué va a ser de ellos!
...
¡Traigo en el corazón una tristeza!...
D´allá abajico vengo;
la escuela, como enantes, cerraïca
y con aquel silencio...
chillando alreörcico los zagales
y a sus anchas corriendo...
¡La jaulica vacía
y la bandá de pajaricos sueltos! |