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H.P Lovecraft en AlbaLearning

H.P. LOVECRAFT

"La calle - The street"

Biografía de Howard Phillips Lovecraft en Wikipedia 
H.P.LOVECRAFT
LA CALLE ESPAÑOLAUDIO 
THE STREET English text 
 
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LA CALLE
THE STREET
Hay quien dice que las cosas y los lugares tienen alma, y hay quien dice que no; por mi parte, no me atrevo a pronunciarme, pero quiero hablar de la Calle.

There be those who say that things and places have souls, and there be those who say they have not; I dare not say, myself, but I will tell of The Street.

Esa Calle la crearon hombres fuertes y de honor; hombres buenos y esforzados, de nuestra sangre, llegados de las Islas Bienaventuradas, al otro lado del mar. Al principio no fue más que un sendero hollado por aguadores que iban del manantial del bosque al puñado de casas que había junto a la playa. Luego, al llegar más hombres al creciente grupo de casas en busca de un lugar donde vivir, se construyeron chozas en la parte norte, y cabañas de recios troncos de roble y albañilería en el lado del bosque, dado que por allí les hostigaban los indios con sus flechas. Años más tarde, los hombres levantaron cabañas también en la parte sur de la Calle.

Men of strength and honour fashioned that Street; good, valiant men of our blood who had come from the Blessed Isles across the sea. At first it was but a path trodden by bearers of water from the woodland spring to the cluster of houses by the beach. Then, as more men came to the growing cluster of houses and looked about for places to dwell, they built cabins along the north side; cabins of stout oaken logs with masonry on the side toward the forest, for many Indians lurked there with fire-arrows. And in a few years more, men built cabins on the south side of The Street.

Por la Calle paseaban arriba y abajo hombres graves de cónicos sombreros, cargados casi siempre con mosquetes y armas de caza. Y también paseaban sus esposas ensombreradas y sus hijos serios. Por la noche, los hombres se sentaban, con sus esposas e hijos alrededor de gigantescas chimeneas, y leían y charlaban. Muy simples eran las cosas sobre las que leían y hablaban, pero les infundían aliento y bondad, y les ayudaban durante el día a someter el bosque y los campos. Y los hijos escuchaban y aprendían las leyes y las proezas de otros tiempos, y cosas de la querida Inglaterra que nunca habían visto o no podían recordar.

Up and down The Street walked grave men in conical hats, who most of the time carried muskets or fowling pieces. And there were also their bonneted wives and sober children. In the evening these men with their wives and children would sit about gigantic hearths and read and speak. Very simple were the things of which they read and spoke, yet things which gave them courage and goodness and helped them by day to subdue the forest and till the fields. And the children would listen, and learn of the laws and deeds of old, and of that dear England which they had never seen, or could not remember.

Hubo una guerra, y los indios no volvieron a turbar la Calle. Los hombres, entregados a su trabajo, prosperaron y fueron todo lo felices que sabían ser. Y crecieron los hijos en la prosperidad, y llegaron más familias de la Madre Patria a vivir en la Calle. Y crecieron los hijos de los hijos, y los hijos de los recién llegados. El pueblo fue entonces una ciudad; y una tras otra, las cabañas cedieron el paso a las casas: sencillas y hermosas casas de ladrillo y madera, con escalinata de piedra, barandilla de hierro y montante en abanico sobre las puertas. No eran frágiles creaciones estas casas, ya que se construían para que sirvieran a muchas generaciones. Dentro tenían chimeneas esculpidas y graciosas escaleras, muebles agradables y de gusto, porcelanas de china y vajillas de plata traídas de la Madre Patria.

There was war, and thereafter no more Indians troubled The Street. The men, busy with labour, waxed prosperous and as happy as they knew how to be. And the children grew up comfortably, and more families came from the Mother Land to dwell on The Street. And the children’s children, and the newcomers’ children, grew up. The town was now a city, and one by one the cabins gave place to houses; simple, beautiful houses of brick and wood, with stone steps and iron railings and fanlights over the doors. No flimsy creations were these houses, for they were made to serve many a generation. Within there were carven mantels and graceful stairs, and sensible, pleasing furniture, china, and silver, brought from the Mother Land.

Y así, la Calle bebió en los sueños de un pueblo joven y se alegró cuando sus moradores se volvieron más refinados y felices. Donde en otro tiempo no había sino fuerza y honor, moraban ahora también el gusto y el deseo de aprender. Llegaron a las casas los libros y los cuadros y la música, y los jóvenes fueron a la universidad erigida en la llanura del norte. En lugar de sombreros cónicos y espadas cortas, de lazos y pelucas, aparecieron adoquines en los que resonaban las herraduras de los pura sangre y traqueteaban los dorados coches; y aceras de ladrillo con montaderos y postes para atar a los caballos.

So The Street drank in the dreams of a young people, and rejoiced as its dwellers became more graceful and happy. Where once had been only strength and honour, taste and learning now abode as well. Books and paintings and music came to the houses, and the young men went to the university which rose above the plain to the north. In the place of conical hats and muskets there were three-cornered hats and small-swords, and lace and snowy periwigs. And there were cobblestones over which clattered many a blooded horse and rumbled many a gilded coach; and brick sidewalks with horse blocks and hitching-posts.

Había en aquella Calle muchos árboles: olmos y robles y arces respetables; de forma que en verano el escenario estaba lleno de verdor y de cantos de pájaros. Y detrás de las casas había valladas rosaledas con senderos flanqueados por setos y relojes de sol, donde por la noche brillaban mágicamente la luna y las estrellas, y las flores fragantes centelleaban con el rocío.

There were in that Street many trees; elms and oaks and maples of dignity; so that in the summer the scene was all soft verdure and twittering bird-song. And behind the houses were walled rose-gardens with hedged paths and sundials, where at evening the moon and stars would shine bewitchingly while fragrant blossoms glistened with dew.

Así siguió soñando la Calle, soportando guerras, calamidades y cambios. Una de las veces se marchó la mayoría de los jóvenes, algunos de los cuales no regresaron. Eso fue cuando retiraron la vieja bandera e izaron un nuevo pendón con estrellas y barras. Pero aunque los hombres hablaban de grandes cambios, la Calle no los notó, ya que sus gentes seguían siendo las mismas y hablaban de las viejas cosas familiares en las viejas tertulias familiares. Y los árboles siguieron cobijando a los pájaros cantores, y por la noche, la luna y las estrellas contemplaban las flores bañadas de rocío en las valladas rosaledas.

So The Street dreamed on, past wars, calamities, and changes. Once most of the young men went away, and some never came back. That was when they furled the Old Flag and put up a new Banner of Stripes and Stars. But though men talked of great changes, The Street felt them not; for its folk were still the same, speaking of the old familiar things in the old familiar accents. And the trees still sheltered singing birds, and at evening the moon and stars looked down upon dewy blossoms in the walled rose-gardens.

Con el tiempo desaparecieron de la Calle las espadas, los tricornios y las pelucas. ¡Qué extraños parecían los habitantes con sus bastones, sus altos sombreros de castor y su pelo cortado! Un nuevo rumor comenzó a oírse a lo lejos: primero, extraños resoplidos y gritos procedentes del río, a una milla de distancia; luego, bastantes años después, extraños resoplidos y gritos y estrépitos en otras direcciones. El aire no era tan puro como antes, pero el espíritu del lugar no había cambiado. La sangre y el alma de sus antepasados habían forjado la Calle. Tampoco cambió el espíritu cuando desventraron la tierra e introdujeron extrañas tuberías, o cuando alzaron altos postes a fin de sostener alambres misteriosos. Había tanto saber antiguo en la Calle, que no era fácil olvidar el pasado.

In time there were no more swords, three-cornered hats, or periwigs in The Street. How strange seemed the denizens with their walking-sticks, tall beavers, and cropped heads! New sounds came from the distance—first strange puffings and shrieks from the river a mile away, and then, many years later, strange puffings and shrieks and rumblings from other directions. The air was not quite so pure as before, but the spirit of the place had not changed. The blood and soul of the people were as the blood and soul of their ancestors who had fashioned The Street. Nor did the spirit change when they tore open the earth to lay down strange pipes, or when they set up tall posts bearing weird wires. There was so much ancient lore in that Street, that the past could not easily be forgotten.

Después llegaron malos tiempos, en los que muchos de los que conocían la Calle de antiguo dejaron de conocerla, y la conocieron muchos que antes no la conocían; y se marcharon, ya que sus acentos eran toscos y estridentes, y desagradables sus expresiones y semblantes. Sus pensamientos se alzaron también contra el espíritu sabio y justo de la Calle, de forma que la Calle languideció en silencio mientras sus casas se desmoronaban, sus árboles morían uno tras otro y sus rosaledas eran invadidas por la maleza y la basura. Pero un día sintió un estremecimiento de orgullo, cuando otra vez marcharon sus jóvenes, algunos de los cuales tampoco regresaron. Jóvenes que vestían de azul.

Then came days of evil, when many who had known The Street of old knew it no more; and many knew it, who had not known it before. And those who came were never as those who went away; for their accents were coarse and strident, and their mien and faces unpleasing. Their thoughts, too, fought with the wise, just spirit of The Street, so that The street pined silently as its houses fell into decay, and its trees died one by one, and its rose-gardens grew rank with weeds and waste. But it felt a stir of pride one day when again marched forth young men, some of whom never came back. These young men were clad in blue.

Con los años, la suerte de la Calle empeoró. Sus árboles habían desaparecido todos, y sus rosaledas fueron desalojadas por las paredes traseras de edificios nuevos, feos y baratos, alineados en calles paralelas. Sin embargo, siguió habiendo casas, a pesar de los estragos de los años y las tormentas; pues habían sido construidas para que sirviesen a muchas generaciones. Nuevos rostros aparecieron en la Calle; rostros morenos, siniestros, de ojos furtivos y facciones singulares, cuyos poseedores hablaban exóticas lenguas y trazaban signos de caracteres conocidos y desconocidos sobre la mayoría de las casas anticuadas. Las carretillas atestaban el arroyo. Un hedor sórdido, indefinible, reinaba en el lugar, y adormecía su antiguo espíritu.

With the years worse fortune came to The Street. Its trees were all gone now, and its rose-gardens were displaced by the backs of cheap, ugly new buildings on parallel streets. Yet the houses remained, despite the ravages of the years and the storms and worms, for they had been made to serve many a generation. New kinds of faces appeared in The Street; swarthy, sinister faces with furtive eyes and odd features, whose owners spoke unfamiliar words and placed signs in known and unknown characters upon most of the musty houses. Push-carts crowded the gutters. A sordid, undefinable stench settled over the place, and the ancient spirit slept.

Una vez, la Calle experimentó una gran excitación. La guerra y la revolución se habían desatado furiosamente al otro lado de los mares; había caído una dinastía, y sus degenerados súbditos se dirigían en tropel, con dudosas intenciones, a la Tierra Occidental. Muchos de ellos ocuparon las casas ruinosas que en otro tiempo conocieran el canto de los pájaros y el perfume de las rosas. Después, la Tierra de Occidente despertó, y se unió a la Madre Patria en su lucha titánica por la civilización. Una vez más flotó por encima de las ciudades la vieja bandera en compañía de la nueva y de otra más sencilla — aunque gloriosa—, tricolor. Pero no ondearon muchas en la Calle, pues allí sólo reinaba el miedo y el odio y la ignorancia. Y otra vez se fueron los jóvenes, pero no como los jóvenes de otros tiempos. Algo les faltaba. Los hijos de los jóvenes de otros tiempos, vestidos de color pardo oliváceo y dotados del mismo espíritu de sus antepasados, procedían de lugares lejanos y no conocían la Calle ni su antiguo espíritu.

Great excitement once came to The Street. War and revolution were raging across the seas; a dynasty had collapsed, and its degenerate subjects were flocking with dubious intent to the Western Land. Many of these took lodgings in the battered houses that had once known the songs of birds and the scent of roses. Then the Western Land itself awoke, and joined the Mother Land in her titanic struggle for civilisation. Over the cities once more floated the Old Flag, companioned by the New Flag and by a plainer yet glorious Tri-colour. But not many flags floated over The Street, for therein brooded only fear and hatred and ignorance. Again young men went forth, but not quite as did the young men of those other days. Something was lacking. And the sons of those young men of other days, who did indeed go forth in olive-drab with the true spirit of their ancestors, went from distant places and knew not The Street and its ancient spirit.

Hubo una gran victoria al otro lado de los mares, y la mayoría de los jóvenes regresaron triunfalmente. Aquellos a quienes había faltado algo, dejó de faltarles; sin embargo, aún reinaba en la Calle el miedo y el odio y la ignorancia, porque eran muchos los que se habían quedado, y muchos los extranjeros que habían llegado de lejanos lugares a ocupar las casas antiguas. Y los jóvenes que regresaron no vivieron ya en ellas. La mayoría de los desconocidos eran atezados y siniestros, aunque era posible descubrir entre ellos algún rostro parecido al de aquellos que formaron la Calle y modelaron su espíritu. Parecidos, y, no obstante, distintos; porque había en los ojos de todos ellos un brillo extraño e insano, como de codicia, de ambición, de rencor o de celo desviado. La agitación y la traición acechaban en el exterior, entre unos cuantos malvados que tramaban asestar un golpe de muerte a la Tierra Occidental, a fin de imponer su poderío sobre sus ruinas, como habían hecho los asesinos de ese frío y desdichado país del que venía la mayoría. Y el foco de esa conspiración estaba en la Calle, cuyas casas ruinosas hervían de agitadores y resonaban con los planes y discursos de aquellos que ansiaban la llegada del día designado para la sangre, las llamas y los crímenes.

Over the seas there was a great victory, and in triumph most of the young men returned. Those who had lacked something lacked it no longer, yet did fear and hatred and ignorance still brood over The Street; for many had stayed behind, and many strangers had come from distant places to the ancient houses. And the young men who had returned dwelt there no longer. Swarthy and sinister were most of the strangers, yet among them one might find a few faces like those who fashioned The Street and moulded its spirit. Like and yet unlike, for there was in the eyes of all a weird, unhealthy glitter as of greed, ambition, vindictiveness, or misguided zeal. Unrest and treason were abroad amongst an evil few who plotted to strike the Western Land its death-blow, that they might mount to power over its ruins; even as assassins had mounted in that unhappy, frozen land from whence most of them had come. And the heart of that plotting was in The Street, whose crumbling houses teemed with alien makers of discord and echoed with the plans and speeches of those who yearned for the appointed day of blood, flame, and crime.

La ley habló mucho sobre extraños conciliábulos en la Calle, pero pudo probar muy poca cosa. Con gran diligencia, hombres portadores de insignias ocultas frecuentaron con el oído atento lugares como la panadería de Petrovitch, la mísera Escuela Rifkin de Economía Moderna, el Club del Círculo Social y el Café Libertad. Allí se reunían en gran número siniestros individuos, aunque siempre hablaban con cautela, o lo hacían en lenguas extranjeras. Aún seguían en pie las viejas casas, con su saber olvidado de siglos más nobles y pretéritos de robustos habitantes coloniales y rosaledas cubiertas de rocío a la luz de la luna. A veces venía a visitarlas algún poeta o viajero solitario, y trataba de imaginarlas en su perdido esplendor; pero no eran muchos tales viajeros y poetas.

Of the various odd assemblages in The Street, the law said much but could prove little. With great diligence did men of hidden badges linger and listen about such places as Petrovitch’s Bakery, the squalid Rifkin School of Modern Economics, the Circle Social Club, and the Liberty Café. There congregated sinister men in great numbers, yet always was their speech guarded or in a foreign tongue. And still the old houses stood, with their forgotten lore of nobler, departed centuries; of sturdy colonial tenants and dewy rose-gardens in the moonlight. Sometimes a lone poet or traveller would come to view them, and would try to picture them in their vanished glory; yet of such travellers and poets there were not many.

Después corrió el rumor de que en esas casas se ocultaban los cabecillas de una extensa banda de terroristas, quienes en determinado día iban a entregarse a una orgía de sangre, con objeto de aniquilar América y todas las bellas y antiguas tradiciones que la Calle había amado. Corrían panfletos y periódicos por los arroyos inmundos; panfletos y periódicos impresos en múltiples lenguas y caracteres, portadores de mensajes de rebelión, de crímenes. En ellos se instaba a las gentes a derribar las leyes y las virtudes que nuestros padres habían exaltado, a fin de ahogar el alma de la vieja América, el alma que nos legaron, a través de mil quinientos años de libertad, justicia y moderación anglosajonas. Se decía que los hombres atezados que se reunían en las ruinosas construcciones eran los cerebros de una espantosa revolución que a una orden suya muchos millones de bestias embrutecidas estúpidas sacarían sus garras repugnantes de los barrios inmundos de un millar de ciudades, incendiando, matando y destruyendo, hasta arrasar la tierra de nuestros padres. Todo esto se decía y se repetía, y muchos pensaban con temor en el 4 de julio, día del que hablaban los extraños escritos; sin embargo, nada se descubrió que delatara a los culpables. Nadie sabía a quién había que detener para cortar de raíz la condenable conjura. Muchas veces fueron grupos de policías de chaqueta azul a registrar las casas ruinosas; pero finalmente dejaron de ir, porque también ellos se cansaron de hacer mantener la ley y el orden, y abandonaron la ciudad a su suerte. Entonces llegaron los hombres de verde oliva cargados con sus mosquetes, hasta el punto de que parecía como si, en su sueño lamentable, le llegaran a la Calle recuerdos de aquellos otros tiempos en que la recorrían los hombres de los mosquetes y los sombreros cónicos camino del manantial del bosque al grupo de casas de la playa. Sin embargo, no pudieron tomar ninguna medida para prevenir el inminente cataclismo, ya que los hombres atezados y siniestros poseían una astucia experimentada.

The rumour now spread widely that these houses contained the leaders of a vast band of terrorists, who on a designated day were to launch an orgy of slaughter for the extermination of America and of all the fine old traditions which The Street had loved. Handbills and papers fluttered about filthy gutters; handbills and papers printed in many tongues and in many characters, yet all bearing messages of crime and rebellion. In these writings the people were urged to tear down the laws and virtues that our fathers had exalted; to stamp out the soul of the old America—the soul that was bequeathed through a thousand and a half years of Anglo-Saxon freedom, justice, and moderation. It was said that the swart men who dwelt in The Street and congregated in its rotting edifices were the brains of a hideous revolution; that at their word of command many millions of brainless, besotted beasts would stretch forth their noisome talons from the slums of a thousand cities, burning, slaying, and destroying till the land of our fathers should be no more. All this was said and repeated, and many looked forward in dread to the fourth day of July, about which the strange writings hinted much; yet could nothing be found to place the guilt. None could tell just whose arrest might cut off the damnable plotting at its source. Many times came bands of blue-coated police to search the shaky houses, though at last they ceased to come; for they too had grown tired of law and order, and had abandoned all the city to its fate. Then men in olive-drab came, bearing muskets; till it seemed as if in its sad sleep The Street must have some haunting dreams of those other days, when musket-bearing men in conical hats walked along it from the woodland spring to the cluster of houses by the beach. Yet could no act be performed to check the impending cataclysm; for the swart, sinister men were old in cunning.

Así, la Calle siguió durmiendo su sueño inquieto, hasta que una noche se reunieron en la panadería de Petrovitch, en la Escuela de Economía Moderna, en el Club del Círculo Social, en el Café Libertad y en otros lugares, inmensas hordas de ojos abiertos por el horrible sentimiento de triunfo y expectación. Viajaron por ocultos alambres extraños mensajes, y se habló mucho también de otros aún más extraños que debían viajar; pero de casi todo esto no se supo nada hasta después, cuando la Tierra de Occidente estuvo a salvo del peligro. Los hombres de pardo oliva no podían decir lo que ocurría, ni lo que iban a hacer, porque los hombres atezados y siniestros eran diestros en la ocultación y el disimulo.

So The Street slept uneasily on, till one night there gathered in Petrovitch’s Bakery and the Rifkin School of Modern Economics, and the Circle Social Club, and Liberty Café, and in other places as well, vast hordes of men whose eyes were big with horrible triumph and expectation. Over hidden wires strange messages travelled, and much was said of still stranger messages yet to travel; but most of this was not guessed till afterward,when the Western Land was safe from the peril. The men in olive-drab could not tell what was happening, or what they ought to do; for the swart, sinister men were skilled in subtlety and concealment.

Pero jamás olvidarán los hombres de pardo oliva esa noche, y se hablará de la Calle como ellos hablan a sus nietos; porque fueron muchos los enviados, hacia el amanecer, a una misión distinta de cuantas ellos esperaban. Se sabía que este nido de anarquía era viejo, y que las Casas estaban en ruinas a causa de los estragos del tiempo, de las tormentas y la carcoma; sin embargo, lo que ocurrió esa noche de verano sorprendió por su extraña uniformidad. En efecto, fue un suceso de lo más singular, aunque muy simple. Porque sin previo aviso, en las primeras horas de la madrugada, todos los estragos de los años y las tormentas y la carcoma llegaron a su tremenda culminación: y tras el derrumbamiento final, no quedó en pie nada en la Calle, salvo dos antiguas chimeneas y parte de una pared de ladrillo. Nadie de cuantos vivían allí salió con vida de las ruinas.

And yet the men in olive-drab will always remember that night, and will speak of The Street as they tell of it to their grandchildren; for many of them were sent there toward morning on a mission unlike that which they had expected. It was known that this nest of anarchy was old, and that the houses were tottering from the ravages of the years and the storms and the worms; yet was the happening of that summer night a surprise because of its very queer uniformity. It was, indeed, an exceedingly singular happening; though after all a simple one. For without warning, in one of the small hours beyond midnight, all the ravages of the years and the storms and the worms came to a tremendous climax; and after the crash there was nothing left standing in The Street save two ancient chimneys and part of a stout brick wall. Nor did anything that had been alive come alive from the ruins.

Un poeta y un viajero que acudieron con la enorme multitud a ver la escena, contaron después extrañas historias. El poeta dice que en las horas que precedieron al amanecer contempló las sórdidas ruinas confusamente al resplandor de las luces eléctricas, y que por encima de los escombros se divisaba otro paisaje en el que pudo discernir la luna, casas hermosas, y olmos y robles y arces venerables. Y el viajero afirma que en vez del habitual hedor reinaba una delicada fragancia como de rosas en flor. Pero ¿no son notoriamente falsos los sueños de los poetas y los relatos de los viajeros?

A poet and a traveller, who came with the mighty crowd that sought the scene, tell odd stories. The poet says that all through the hours before dawn he beheld sordid ruins but indistinctly in the glare of the arc-lights; that there loomed above the wreckage another picture wherein he could descry moonlight and fair houses and elms and oaks and maples of dignity. And the traveller declares that instead of the place’s wonted stench there lingered a delicate fragrance as of roses in full bloom. But are not the dreams of poets and the tales of travellers notoriously false?

Hay quien dice que las cosas y los lugares tienen alma, y hay quien dice que no; yo no me atrevo a decir sino lo que os he contado de la Calle.

There be those who say that things and places have souls, and there be those who say they have not; I dare not say, myself, but I have told you of The Street.

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