Caminaban dos Mulas cierto día.
Iba la una cargada con avena;
Ufana la otra, y de contento llena,
Del fisco los caudales conducía,
Y por nada de carga tan preciosa
Aliviarse quisiera,
Y marchaba garbosa
Sonando el cascabel de su collera.
En esto se presentan los ladrones,
Y como iban en busca de doblones,
Sobre la Mula del caudal se arrojan,
La detienen del freno y la despojan.
Ella resiste, de escaparse trata,
Y a coces y mordiscos los maltrata;
Pero al fin, mal herida,
Sucumbió, y así dijo en son de queja:
- "¿Esta es la recompensa prometida?
Sana y salva se aleja
Del peligro esa Mula, y yo cuitada
Caigo y pierdo la vida!...
- "Amiga, contestó su camarada,
No siempre es conveniente
Disfrutar en el mundo un alto empleo;
Si a un pobre molinero solamente
Sirvieras como yo, me lisonjeo
De que hoy no gemirías
Ni en un estado tal te encontraras" |