El mono y su amo - Fernández de Lizardi

A una diestra cocinera
vio matar pollos un día
un Mono, y dijo: Yo haría
lo mismo. ¡Bah! ¡Qué friolera!

¡A matador me dedico
desde hoy; con ardor empiezo!
Clamó, y le torció el pescuezo ...
¿A quién? Al pobre perico

Sábelo el Amo, y al punto,
por la cólera cegado,
azotó al Mono a tal grado,
que lo dejó por difunto.

¡Oh Mono infeliz! ¡Qué caras
pagaste tus fechorías!
Mas ¿por qué te meterías
en camisa de once varas?

***

Para no sufrir la pena
del Mono, sé cauteloso:
Recuerda que es peligroso
practicar función ajena.

00:00 01:31

Tamaño de Fuente
Tipografía
Alineación

Velocidad de Reproducción
Reproducir siguiente automáticamente
Modo Noche
Volumen
Compartir
Favorito

2708

2524

1519

Fernández de Lizardi

Autor.aspx?id=187

El mono y su amo

ObraVersion.aspx?id=1519

A una diestra cocinera
vio matar pollos un día
un Mono, y dijo: Yo haría
lo mismo. ¡Bah! ¡Qué friolera!

¡A matador me dedico
desde hoy; con ardor empiezo!
Clamó, y le torció el pescuezo ...
¿A quién? Al pobre perico

Sábelo el Amo, y al punto,
por la cólera cegado,
azotó al Mono a tal grado,
que lo dejó por difunto.

¡Oh Mono infeliz! ¡Qué caras
pagaste tus fechorías!
Mas ¿por qué te meterías
en camisa de once varas?

***

Para no sufrir la pena
del Mono, sé cauteloso:
Recuerda que es peligroso
practicar función ajena.

Audio.aspx?id=2524&c=952E0D6BCCDC6D28708ED895FF8422B2A88C5EB5&f=100722

91

1 minuto 31 segundos

0

0

Esta página web usa cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para gestionar el sitio web, recabar información sobre la utilización del mismo y mejorar nuestros servicios. Más información.