Era una noche del helado Enero,
y un cielo sin la nube más ligera;
era un tejado igual a otro cualquiera,
con sus rojizas tejas y su alero;
era en el caballete un gato fiero,
de cierta gata en amorosa espera,
y era en el borde de la azul esfera
la luz esplendorosa de un lucero.
La cola el Micifuz levanta airado;
con ella eclipsa al astro peregrino;
y queda plenamente demostrado
que a lo grande lo ruin cierra el camino,
si está lo grande alto y apartado
y entre tejas y cielo lo mezquino.
1899
Publicado en "Almanaque sud-americano" 1900 y en Muestras. Editorial Ibero-Americana.
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