Que la fe es firmísimo apoyo del hombre.

En todo lo que hice me fundé en la fe, la cual tuve muy grande.

Creí en Dios y en sus palabras, y en esto nadie pudo hacerme vacilar.

En nada dudé, y si recorres mi historia hallarás que la fe me guio siempre, y me sostuvo hasta el pie de la cruz.

Por esto merecí ser llamada Madre de la fe, pues engendré al Autor y Consumador de ella.

No vacila en la fe quien está firme en la palabra de Dios.

No mires lo que te dice tu entendimiento, que aun muchas cosas triviales del mundo no puede comprender.

Una excesiva curiosidad condujo a muchos al error, y los apartó de la verdad.

Por esto no procederás ligeramente creyendo lo que no comprendes; pues aun en las cosas naturales son muchas las que no entiendes, y con todo crees que son tales como otros aseguran.

Las cosas divinas y celestiales sobrepujan demasiado la capacidad del hombre; y ¿serían acaso tan altos los misterios de Dios si pudiesen ser comprendidos por la débil capacidad humana?

El ánimo humilde nada disputa en la fe, sobre si es de este modo o del otro, sino que cree con sencillez.

Así como la ciencia de Dios nunca se equivoca, así su verdad no puede engañarnos cuando nos habla por medio de la revelación.

No te familiarices con quien contradiga a la fe.

Apártate de los herejes, porque son hijos del diablo, y el espíritu malo habla por medio de ellos.

Tales son los hombres perversos que andan según su propio espíritu, y engañan con sus ardides a los sencillos.

Si permaneces en la fe confiadamente, nada te dañará; y si quieres resistir al diablo, tendrás en la fe un poderoso auxilio.

La humildad del alma que cree con sencillez, le pone en precipitada fuga y desbarata sus astucias.

No contiendas con él, si eres tentado en la fe; sino apóyate en la palabra de Dios, y quedarás en salvo.

Un solo artículo de fe firmemente creído bastaría para la conversión del mayor pecador y para la conservación del justo.

Quien cree que Dios está presente en todas partes, nada hará que pueda ofenderle.

Quien cree que Dios es misericordioso y bueno, no desesperará; y quien cree que Dios todo lo sabe, nada malo pensará.

En donde veas una cosa mala, ten por cierto que allí falta verdadera fe.

Ora para que no falte tu fe; y si gimes en angustia, no seas hombre de poca fe para temblar, sino fuerte para vencer, ¡Sígueme!