"Luego, al abrir otro cajón, aparecieron las prendas marchitas de mis amores: un zapatito de baile, un pañuelo desgarrado, una liga de seda, trencitas de pelo, flores... Y las novelas de mi vida sentimental me sumergieron más en la triste melancolía de lo que no vuelve. ¡Ah! ¡Las frentes juveniles orladas con rubios cabellos, las manos acariciadoras, los ojos insinuantes, la sonrisa que promete un beso, el beso que asegura un paraíso!... Y ¡el primer beso!... Aquel beso delicioso, interminable, que ofusca la mirada, que abate la imaginación, que nos posee y nos glorifica, ofreciéndonos a la vez un goce ideal y la promesa de otros goces deseados. Cogiendo con ambas manos aquellas prendas tristes de lejanas ternuras, las cubrí de caricias furiosas y en mi corazón desolado por los recuerdos sentía resonar cada hora de abandono, sufriendo un suplicio más cruel que las monstruosas leyendas infernales. ¡Ah! ¿Por qué las abandoné o por qué me abandonaron?".
"Then, opening another drawer, I found myself face to face with memories of tender passions: a dancing-pump, a torn handkerchief, even a garter, locks of hair and dried flowers. Then the sweet romances of my life, whose living heroines are now white-haired, plunged me into the deep melancholy of things. Oh, the young brows where blond locks curl, the caress of the hands, the glance which speaks, the hearts which beat, that smile which promises the lips, those lips which promise the embrace! And the first kiss-that endless kiss which makes you close your eyes, which drowns all thought in the immeasurable joy of approaching possession! Taking these old pledges of former love in both my hands, I covered them with furious caresses, and in my soul, torn by these memories, I saw them each again at the hour of surrender; and I suffered a torture more cruel than all the tortures invented in all the fables about hell.