La pequeña cabaña, con su chimenea de troncos, su techo de tejas arqueadas, atravesadas por maderos y sellados con barro, tenía una sola puerta y, opuesta a la misma, una sola ventana, que estaba tapiada. Nadie podía recordar un tiempo en que no lo estuviera, y nadie nunca supo el porqué; ciertamente no por el desagrado del ocupante hacia la luz y el aire. En aquellas raras ocasiones en que un cazador había pasado por aquel solitario lugar, el recluso comúnmente era visto tomando sol en la puerta, si es que el cielo le proveía con sus rayos.
The little log house, with its chimney of sticks, its roof of warping clapboards weighted with traversing poles and its "chinking" of clay, had a single door and, directly opposite, a window. The latter, however, was boarded up - nobody could remember a time when it was not. And none knew why it was so closed; certainly not because of the occupant's dislike of light and air, for on those rare occasions when a hunter had passed that lonely spot the recluse had commonly been seen sunning himself on his doorstep if heaven had provided sunshine for his need.