Se acercaba el día en el que finalizaría la apuesta. Una mañana, la hija del amigo apostante, de veinte años y muy bonita, montó a caballo y, sin decirle nada a su padre, se dirigió a la pradera donde estaba el pastor.
On approchait du jour où prenait fin le pari. Un matin, la fille de l'ami parieur, demoiselle de vingt ans fort jolie, monta à cheval et, sans rien dire à son père, se rendit au pâturage où était le berger.