Y la efímera danzaba y se mecía en el aire, satisfecha de sus alas sutiles y primorosas, que parecían hechas de tul y terciopelo. Gozaba del aire cálido, impregnado del aroma de los campos de trébol y de las rosas silvestres, las lilas y la madreselva, por no hablar ya de la aspérula, las primaveras y la menta rizada. Tan intenso era el aroma, que la efímera sentía como una ligera embriaguez. El día era largo y espléndido, saturado de alegría y de aire suave, y en cuanto el sol se ponía, el insecto se sentía invadido de un agradable cansancio, producido por tanto gozar. Las alas se resistían a sostenerlo, y, casi sin darse cuenta, se deslizaba por el tallo de hierba, blando y ondeante, agachaba la cabeza como sólo él sabe hacerlo, y se quedaba alegremente dormido. Ésta era su muerte.
And the little creature danced and floated in the air, rejoicing in her delicate wings of gauze and velvet, rejoicing in the balmy breezes, laden with the fragrance of clover-fields and wild roses, elder-blossoms and honeysuckle, from the garden hedges, wild thyme, primroses, and mint, and the scent of all these was so strong that the perfume almost intoxicated the little fly. The long and beautiful day had been so full of joy and sweet delights, that when the sun sank low it felt tired of all its happiness and enjoyment. Its wings could sustain it no longer, and gently and slowly it glided down upon the soft waving blades of grass, nodded its little head as well as it could nod, and slept peacefully and sweetly. The fly was dead.