Cada uno alegó sus méritos; yo expuse mis derechos: ya los unos murmuraban entre sí con ojeadas amenazadoras; ya los otros, con voces descompuestas por la embriaguez, habían puesto la mano sobre el pomo de sus puñales para dirimir la cuestión, cuando de repente oímos un extraño crujir de armas, acompañado de pisadas huecas y sonantes, que de cada vez se hacían más distintas. Todos arrojamos a nuestro alrededor una inquieta mirada de desconfianza: nos pusimos de pie y desnudamos nuestros aceros, determinados a vender caras las vidas; pero no pudimos por menos de permanecer inmóviles al ver adelantarse con paso firme e igual un hombre de elevada estatura completamente armado de la cabeza al pie y cubierto el rostro con la visera del casco, el cual, desnudando su montante, que dos hombres podrían apenas manejar, y poniéndole sobre uno de los carcomidos fragmentos de las rotas arcadas, exclamó con voz hueca y profunda, semejante al rumor de una caída de aguas subterráneas:
“ ‘Each one alleged his merits; I advanced my claims; already some were muttering together with threatening looks, and others, whose voices were loud in drunken quarrel, had their hands on the hilts of their poniards to settle the question, when we suddenly heard a strange rattling of armor, accompanied by hollow, resounding footsteps which became more and more distinct. We all cast around uneasy, suspicious glances. We rose and bared our blades, determined to sell our lives dear, but we could only stand motionless on seeing advance, with firm and even tread, a man of lofty stature, completely armed from head to foot, his face covered with the visor of his helmet. Drawing his broad-sword, which two men could scarcely wield, and placing it upon one of the charred fragments of the fallen arcades, he exclaimed in a voice hollow and deep like the murmurous fall of subterranean waters: