Soneto XIV - Lope de Vega

Pastor, que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño;
tú, que hiciste cayado de este leño
en que tiendes los brazos poderosos:

vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño
y la palabra de seguirte empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, Pastor, que por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados --
pero ¿cómo te digo que me esperes
si estás para esperar los pies clavados?

00:00 01:24

Tamaño de Fuente
Tipografía
Alineación

Velocidad de Reproducción
Reproducir siguiente automáticamente
Modo Noche
Volumen
Compartir
Favorito

17962

3636

2371

Lope de Vega

Autor.aspx?id=284

Soneto XIV

ObraVersion.aspx?id=2371

Pastor, que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño;
tú, que hiciste cayado de este leño
en que tiendes los brazos poderosos:

vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño
y la palabra de seguirte empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, Pastor, que por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados --
pero ¿cómo te digo que me esperes
si estás para esperar los pies clavados?

Audio.aspx?id=3636&c=30F930&f=210412

84

1 minuto 24 segundos

0

0

Esta página web usa cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para gestionar el sitio web, recabar información sobre la utilización del mismo y mejorar nuestros servicios. Más información.