Los tres quejosos - Hartzenbusch

—¡Qué mal —gritó la monaque
estoy sin rabo!

—¡ Qué mal estoy sin astas !
—repuso el asno— .

Y dijo el topo:
—Más debo yo quejarme,
que estoy sin ojos.

No reniegues, Camilo,
de tu fortuna;
que otros podrán dolerse
más de la suya.

Si se repara,
nadie en el mundo tiene
dicha colmada.

00:00 01:06

Tamaño de Fuente
Tipografía
Alineación

Velocidad de Reproducción
Reproducir siguiente automáticamente
Modo Noche
Volumen
Compartir
Favorito

3305

3078

1871

Hartzenbusch

Autor.aspx?id=236

Los tres quejosos

ObraVersion.aspx?id=1871

—¡Qué mal —gritó la monaque
estoy sin rabo!

—¡ Qué mal estoy sin astas !
—repuso el asno— .

Y dijo el topo:
—Más debo yo quejarme,
que estoy sin ojos.

No reniegues, Camilo,
de tu fortuna;
que otros podrán dolerse
más de la suya.

Si se repara,
nadie en el mundo tiene
dicha colmada.

Audio.aspx?id=3078&c=E96F3897834E613C84E4FB71DE06D34EF38E9D8B&f=200700

66

1 minuto 6 segundos

0

0

Esta página web usa cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para gestionar el sitio web, recabar información sobre la utilización del mismo y mejorar nuestros servicios. Más información.