Una zorra iba huyendo
por una loma
de un mastín que llevaba
casi a la cola.
Por encima volando
la ve una alondra,
que en el aire piaba
muy sin zozobra.
—Oye —dice a la que huye—
mi voz sonora.
—¡Para música vamos!
—dijo la zorra—.
Divertir quiere a todos
cierta persona,
y por no ser a tiempo
los incomoda.