Pedro A. de Alarcón
Gil vuelve a ser dichoso, y acaba la primera parte de este cuento
A la tarde siguiente, a las seis. Gil Gil v Elena de Monteclaro contrajeron matrimonio en una hermosa quinta situada ai pie del Guadarrama y perteneciente al
nuevo conde y duque.
A las seis y media regresó a Madrid la comitiva, y quedaron solos nuestros desoosados en un frondosísimo jardín.
El antiguo Gil Gil no había vuelto a ver a la Muerte.
Y aquí pudiera terminar ía presente historia, y, sin embargo, aquí es donde veriaderamente principiará a ser interesante y clara.