14. El asno y el puerco
-El que no trabaja lo pasa muy mal -decía un día la abuelita. -¿No sabéis el cuento del asno y el puerco? Voy a contároslo.
Había un labrador que tenía un asno y un puerco. El asno se pasaba la vida trabajando; el puerco, en cambio, no hacía más que comer.
-¡Quién fuera puerco! -Decía el asno.
Pero vio que mataban al puerco, y entonces dijo: ¡Hola!
¿En eso paran el ocio y los regalos?
¡Al trabajo me atengo y a los palos!