Titulo - Autor
00:00 00:00

Tamaño de Fuente
Tipografía
Alineación

Velocidad de Reproducción
Reproducir siguiente automáticamente
Modo Noche
Volumen
Compartir
Favorito

16994

8336

4529

Tomás de Kempis

Autor.aspx?id=263

Imitación de Cristo - Libro II

Capítulo 4

12 Capítulos

ObraVersion.aspx?id=4529

8335

8337

De la pureza de espíritu y recta intención.

1. Con dos alas se eleva el hombre sobre las cosas terrenas: la sencillez y la pureza.

La sencillez ha de estar en la intención, la pureza en el afecto.

La sencillez pone la intención en Dios, la pureza le abraza y gusta de Él.

Ninguna obra buena te estorbará, si interiormente estuvieses libre de todo afecto desordenado.

Si no atiendes ni buscas otra cosa que el beneplácito divino y el provecho del prójimo, gozarás de interior libertad.

Si tu corazón fuese recto, entonces te sería toda criatura espejo de vida y libro de santa doctrina.

No hay criatura tan pequeña y despreciable, que no represente la bondad de Dios.

2. Si fueses bueno y puro en tu interior, luego verías y comprenderías bien todas las cosas sin impedimento.

El corazón puro penetra el cielo y el infierno.

Juzga el hombre en lo exterior por lo que es en su interior.

Si hay gozo en el mundo, el hombre de puro corazón lo posee.

Y si en alguna parte hay tribulación y congoja, nadie la experimenta mejor que la mala conciencia.

Así como el hierro metido en el fuego pierde el orín y se vuelve todo encendido, así el hombre que se convierte enteramente a Dios, es despojado de su torpeza y se transforma en un nuevo hombre.

3. Cuando el hombre comienza a entibiarse, entonces teme el más leve trabajo, y busca con gusto el consuelo exterior.

Mas cuando comienza a vencerse perfectamente a sí mismo y a andar varonilmente por el camino de Dios, tiene por ligeras las cosas que antes le parecían pesadas.

Audio.aspx?id=8336&c=30C8B8DA2EF7ADF290694AF9C2F2471563F7372D&f=220642

211

1 hora 17 minutos

25

0