Quiero cazar el ciervo dorado.
Sí, amigos, sonreíd, pero no dejaré de perseguir la visión que siempre me huye.
Corro a través de colinas y valles, me aventuro por tierras desconocidas, en busca del ciervo dorado.
Id, id al mercado y multiplicad las compras. A mí me ha cautivado la llamada de los vientos errantes. ¿Dónde y cuándo? No lo sé.
No hay inquietud alguna en mi corazón: todo lo que tenía lo dejé tras mis pasos.
Corro a través de colinas y valles, me aventuro por tierras desconocidas, en busca del ciervo dorado.