Amor, no te vayas sin despedirte de mí.
He velado toda la noche, y ahora el sueño pesa sobre mis ojos.
Si duermo, temo perderte.
Amor, no te vayas sin despedirte de mí.
Me sobresalto y tiendo mis manos para tocarte. Me pregunto: ¿Es un sueño?
¡Si pudiera enredar tus pies con mi corazón y estrecharlos contra mi seno!
Amor, no te vayas sin despedirte de mí.