¿Por qué, al amanecer, el joven viajero vino hasta mi puerta?
Cada vez que entro y salgo lo encuentro allí, y mis ojos son esclavos de su rostro.
No sé si debo hablarle o seguir callando. ¿Por qué ha venido a mi puerta?
Las nubladas noches de junio son sombrías, y el azul del cielo otoñal es muy dulce; pasa, inquieto, el viento de mediodía en los días de primavera.
Su canción siempre ofrece nuevas melodías.
Dejo mi tarea y se me nublan los ojos. ¿Por qué escogió mi puerta?