1. — Vayáis por donde vayáis, recatad en lo más impenetrable vuestro itinerario.
2. — Si hemos de conducir nuestra persona a través de una jauría, no me parece discreto que vayamos pasando nuestra merienda por los hocicos de cada uno de los canes.
3. — Aquel que no sepa guardar el secreto de sus intenciones, difícilmente logrará realizarlas; porque sobre la cabeza de toda ambición que trabaja, se levanta el pie de otra ambición más poderosa para aplastarla, como a los pies de toda ambición satisfecha, se presentan cien ambiciones mal nacidas dispuestas a vivir de ella.
4. — La ley del egoísmo es ésta: someter o someterse; perseguir o seguir; anular o endiosar; crucificar o adorar; proyectar sombra o tenderse a gozarla.
5. — Los ingenuos se confiesan con la boca y los impresionables con todo el cuerpo: echad un candado a los labios y ensayad todas las mañanas, antes de entrar a la vida de los negocios, las actitudes del día.
6. — La discreción consiste, generalmente, en decir con cierta medida y escuchar con cierto continente.
7. — Lo silencioso sobrecoge.
8. — El desierto es menos peligroso de lo que os figuráis; su impenetrabilidad os llena la mente de visiones extraordinarias, y sois vosotros quienes pobláis de fantasmas su soledad y de voces fatídicas su silencio.
9. — Los muy habladores apenas alcanzaron a bufones; pensad como diez y hablad como la cuarta parte de uno, y seréis amos.
10. — Presentad el menor blanco a los juicios ajenos y el menor asidero a la adquisividad de los otros.
11. — Cada vez que se habla se abre una opinión; cada vez que se abre una opinión se contrae un compromiso; cada vez que se contrae un compromiso se pierde una partícula de autonomía; atesoremos libertad; esto es: abastezcámonos de derecho; esto es: seamos menos esclavos que los demás; esto es: si no hemos de gobernar, que, por lo menos, no tengamos que depender.
12. — Más conveniente me parece para nuestros fines ser objeto de observaciones, cálculos y cavilaciones como un astro, que no ser materia de análisis microscópico como una pulga.
13. — Mientras haya verdades desconocidas, habrá sentimiento de adoración: cuando más os acerquéis a la evidencia de las cosas, tanto más os alejáis de esa timidez y credulidad propias de la inocencia; haced de modo que los hombres continúen por mucho tiempo siendo niños para juzgaros: circundaos de majestad; colocaos a esa media luz favorable de los crepúsculos; trabajad en el misterio la tela de vuestro designios.
14. — Entre el cariño y el respeto, proferid el respeto: porque el cariño nos obliga y el respeto nos autoriza.
15. — Entre la amistad estrecha y la relación afectuosa, preferid la relación afectuosa; porque la amistad nos enajena como una inundación, y la simple relación pone los hombres al servicio de vuestros proyectos, sin remordimiento grande.
16. — Entre los favoritos y los enemigos, preferid en definitiva a estos últimos; porque los favoritos nos gobiernan desde adentro, y los enemigos nos hostilizan desde afuera; los primeros no nos permiten libertad do acción, y los segundos nos la dejan relativa.
17. — Sobre todo no derrochéis ni vuestro amor, ni vuestro odio, ni vuestra elocuencia.
18. — Aunque solicitéis lo más baladí, tened por seguro que son innumerables los que pretenden aquello mismo; aunque os refugiéis en una caverna de leones, alli ha de ir alguno a disputaros un pedazo de vuestras zozobras; aunque os encaraméis en la punta de una aguja, allí ha de estar alguno que medite vuestra caída.
19. — Para cualquier rumbo que os dirijáis, hallaréis uno que se os ponga delante: hasta el vicio tiene sus émulos y hasta los más viles oficios sus competidores.
20. — La senda de la ambición, como la del crimen, ha de recorrerse en la sombra; ambas conducen a las alturas y suelen terminar en tragedia.