Jueves
Fue un día gris. Sobre la tierra se abatían unas nubes plúmbeas, sombrías, aplastantes. En sus eternas veinticuatro horas no brilló un rayo de sol. En los cristales, el persistente sonsonete de la lluvia. En el corazón, una melancolía abrumadora. A lo lejos, el grave y trágico golpeteo del reloj parroquial, que contaba las horas tristes de un día infinito...