28. Crucifixión y muerte de Jesús
Así que llegó Jesús al Calvario diéronle a beber vino mezclado con mirra. Mas, habiéndolo probado, no lo quiso beber. Le crucificaron. y los dos ladrones fueron también colgados en sus respectivas cruces, una a cada lado de Jesús. A las burlas de los malvados judíos, contestaba pacientemente el Divino Salvador: "Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen". Estaban junto a la cruz de Jesús su Madre, el apóstol San Juan, la hermana de la Virgen María, María de Cleofás y María Magdalena. Jesús dijo a su Santísima Madre: "¡Mujer, he ahí a tu hijo!" Y al discípulo: "He ahí a tu madre". Y desde aquel momento el discípulo la tomó por suya. Desde la hora sexta hubo tiniebla sobre toda la tierra hasta la hora de nona. Sabiendo Jesús que todas las cosas estaban cumplidas, para que se cumpliese la escritura, dijo: "Tengo sed". Empapando una esponja en vinagre y poniéndola en una vara de hisopo, se la aplicaron a la boca. Luego que Jesús tomó el vinagre exclamó: "Todo está consumado" Y añadió con voz potente: "Padre en tus manos encomiendo mi espíritu". Dichas estas palabras, inclinó la cabeza y expiró. Tembló la tierra, se rasgó el velo del templo, partieron se las piedras, se abrieron los sepulcros y resucitaron muchos cuerpos de santos. El centurión y los soldados que guardaban a Jesús, vistas todas estas cosas, tuvieron mucho temor y dijeron: "Verdaderamente este hombre era hijo de Dios". Por orden de Pilatos había sido colocado sobre la cruz un rótulo con esta inscripción "Jesús nazareno, rey de los judíos".