8 de noviembre de 1772
Carlota ha censurado mis excesos... ¡Pero con qué amabilidad! ¡Mis excesos! Porque después de apurar un vaso de vino, sigo algunas veces bebiendo hasta consumir una botella... — "No volváis a hacer eso — me dijo; — pensad en Carlota." — "¡Pensar! — exclamé, — ¿qué necesidad tenéis de recordármelo, puesto que, piense o no piense, siempre estáis presente en mi alma? Hoy me senté en el mismo sitio donde en otro tiempo os bajasteis del coche..." Varió de conversación para impedirme que hablase del asunto. Amigo mío, aquí me tienes en un estado tal, que esta mujer hace de mí cuanto quiere.