25 de julio de 1771
«Si, Carlota, yo cuidaré de todo y lo arreglaré todo; sólo os pido que me deis encargos y con más frecuencia. También tengo que haceros una súplica: no uséis la salvadera cuando me escribáis. He besado con efusión la carta de hoy, y todavía rechina la arenilla entre mis dientes.»