Pedro A. de Alarcón
En efecto, ayer apareció el sol; no por el Oriente, sino por el Sur. Trazó en lontananza un ligero semicírculo, y se hundió al cabo de un cuarto de hora.
Hoy es el 7 de Noviembre, el tremendo día delSpitzberg, el último en que ve el sol...
Son las once y media de la mañana.
Hace tres horas que un esplendoroso crepúsculo luce en el remotísimo confín de los cielos.
Mas el sol no aparece...
¡Ah!... ¡Sí!... ¡Helo pálido y entristecido, pugnando por asomar su frente!...
Pero el disco no se eleva...
El limbo solamente pasa rozando por el límite del cielo y de las olas...
¡Un momento más, y ha desaparecido!
¡Adiós para siempre, padre de la luz, corona de los cielos, alma del mundo!
¡Adiós, mi último amigo! ¡Adiós, y vuelve!