AlbaLearning - Audiolibros y Libros - Learn Spanish

| HOME | AUDIOLIBROS | AMOR | ERÓTICA | HUMOR | INFANTIL | MISTERIO | POESÍA | NO FICCIÓN | BILINGUAL | VIDEOLIBROS | NOVEDADES |

Ramón del Valle-Inclán en AlbaLearning

Ramón del Valle-Inclán

"Epitalamio. Historia de amores "

Capítulo 6

Biografía de Ramón del Valle-Inclán en Wikipedia

 
 
[ Descargar archivo mp3 ]
 
Música: Dvorak - Piano Trio No. 2 in G minor, Op. 26 (B.56) - 3: Scherzo: Presto
 

Epitalamio

Historia de amores

OBRAS DEL AUTOR
A media noche
Beatriz
Del misterio
El miedo
El rey de la máscara
Epitalamio. Historia de amores
Hierba santa
Juan Quinto
La adoración de los Reyes
La misa de San Electus
La reina de Dalicam
¡Malpocado!
Mi bisabuelo
Mi hermana Antonia
Milón de la Arnoya
Nochebuena
Rosarito
Santa Baya de Cristamilde
Un cabecilla
Un ejemplo

LE PUEDE INTERESAR
Cuentos Infantiles y Juveniles
Cuentos y Leyendas Populares
Cuentos de Navidad
Misterio y Terror
Poesía
<<< 6 >>>
     

VI

Augusta murmuró suspirando:

— ¡Qué tristeza tener que se pararnos!... ¡Oh! ¡qué bien dices tú en aquellos versos: No hay días felices, hay solamente horas felices!

El príncipe Attilio interrumpió vivamente:

— ¡Augusta!... ¡Augusta, por los manes de Homero!... ¡Ni esos son versos, ni eso es mío!...

Augusta repuso con ligereza encantadora.

— Lo mismo da, corazón... Yo lo he aprendido de tus labios, y para mí será siempre tuyo...

Se estrechó a él, cubriéndole de besos, y murmuró en voz muy baja:

— ¿Te he dicho que mi marido llega mañana? ¿No te contraría a tí eso?... Para mí es la muerte. ¡Si tú supieses cómo yo deseo tenerte siempre a mi lado!... ¡Y pensar que si tú quisieses!... Di, ¿por qué no quieres?

El poeta sonrió:

— ¡Si yo quiero, Augusta!

Y atrayéndola, murmuró quedo, muy quedo, rozando con el bigote la oreja nacarada y monísima de la dama:

— ¡Pero temo que tú, tan celosa, te arrepientas luego y sufras horriblemente!

Augusta quedóse un momento contemplando a su amante con expresión de alegre asombro.

— ¡Estás loco, hijo de mi alma! ¿Por qué había yo de arrepentirme ni de sufrir? Al casarte con ella, me parece que te casas conmigo... Sobre todo, podré tenerte siempre a mi lado... ¡Ah! Pero esas son disculpas; tú temes que yo me convierta en una suegra de sainete y que te arañe.

Y riendo como una loca, hundía sus dedos blancos en la ola negra que formaba la barba del poeta, una barba asiría y perfumada como la del Sar Peladam.

El príncipe pronunció con ligera ironía:

— ¿Y si la moral llama a tu puerta, madona?

— No llamará. La moral es la palma de los eunucos.

El príncipe quiso celebrar la frase, besando a la madona en aquella boca que tales gentilezas decía. Ella continuó:

— ¡Pues si es la verdad, corazón!... Cuando se sabe querer, esa vieja tísica y asquerosa se está muy encerrada en su casa...

El príncipe reía alegremente. Augusta era una mujer encantadora con aquella travesura, a la vez ingenua y depravada, y aquella sensualidad alegre y pagana como guirnalda de yedra.

— Este verano se arregla todo... Os casáis en el oratorio de casa... Si es preciso, yo misma os echo las bendiciones, digo la misa y predico la plática... En cuanto llegue mi señor marido, haces la demanda oficial...

Habíase sentado en las rodilias de su amante, y hablaba con el ceño graciosamente fruncido.

— Si la novia no te gusta, mejor; te gusto yo, y basta; como que por eso te casas.

—No; si la novia me gusta.

— ¡Embustero! Quieres darme celos. ¡Quien te gusta soy yol

— Pues por lo mismo que me gustas tú. ¡Es una derivación!...

—No seas cínico, Attilio. ¡Me hace daño oirte esas cosas!

— ¡Eres encantadora, madona!... ¡Ya estás celosa!

— ¡No tal!... Comprende que eso sería un horror. Pero no debías jugar así con mis afectos más caros.

— No jugaré n¡ haré la conquista de ese inocente corazón.

— ¡Si ya lo tienes conquistado, ingrato!... ¡Es la herencia!...

Y reían, el uno en brazos del otro. Después Augusta musitaba con susurro ansioso, caliente y blando:

— ¿Verdad que eso de que te gusta lo dices por desesperarme?

Entraba Beatriz en aquel momento, y Augusta, sin dar tiempo a la respuesta del poeta, continuó en voz alta, con ese incomparable fingimiento, esa audacia del corazón, esa soberanía de lo imprevisto que hace de todas las adúlteras, actrices divinas y mujeres adorables:

— ¿No preguntaba usted por Beatriz, príncipe? Pues aquí la tiene usted. Digo, usted no la tiene; todavía es de su madre...

El poeta se inclinó burlonamente.

—Augusta, que por mil años sea, como dicen en esta tierra.

— ¡Príncipe, príncipe! ¡Está usted loco!...

Beatriz miraba al príncipe, y sonreía; el enigma de su boca de Gioconda era alegre y perfumado de pasión como el capullo entreabierto de una rosa. Augusta murmuró maliciosamente mientras acariciaba los cabellos de su hija:

— Oiga usted un secreto, príncipe... Tengo prometidos a la virgen los pendientes que llevo puestos, si me concede lo que le he pedido.

— ¡Oh, qué bien sabe usted llegar al corazón de las vírgenes!

Augusta interrumpió vivamente:

— ¡Calle usted, hereje!... Búrlese usted de mí, pero respetemos las cosas del cielo.

Y hablaba santiguándose, para arredrar al demonio. A fuer de mujer elegante, era muy piadosa, no con la piedad trágica y macerada que inspira la faz de un Nazareno bizantino, sino con aquella devoción frívola y mundana de las damas aristocráticas; era el suyo un cristianismo placentero y gracioso como la faz del niño Jesús. El príncipe, sin apartar la mirada de Beatriz, pero hablando con Augusta, pronunció lenta é intencionadamente.

—¿Se puede saber lo que le ha pedido usted a la Virgen?

— No se puede saber, pero se puede adivinar.

—Tengo para mí, que pronto cambiarán de dueño, los pendientes. Y callaron los dos, mirándose y sonriéndose.

Inicio
<<< 6 >>>
  Índice Obra  
 

Índice del Autor

Cuentos y Novelas de Amor

 
 
 

¡Nuevos cada día!

NOvedades en AlbaLearning - Nuevos audiolibros cada día


De actualidad
Cuentos de Navidad *
Misterio y terror *
Literatura erótica para adultos. Guentos galantes. *
Cuentos de amor y desamor para San Valentín *
Colección de Poemas *

Fábulas *
Biografías Breves *
Pensamientos, Máximas y Aforismos *
Especiales
Santa Teresa de Jesús
Cervantes
Shakespeare
Rubén Darío
Emilia Pardo Bazán
Federico García Lorca
Julia de Asensi
Carmen de Burgos
 
Especial
"Los huesos del abuelo" de Carmen de Burgos
"D. Jeckill y Mr Hyde" de R. Louis Stevenson
"El diablo desinteresado" de Amado Nervo
"La casa de Bernarda Alba" de F. García Lorca
AUTORES RECOMENDADOS
Don Quijote - Novelas Ejemplares - Auidiolibro y Libro Gratis en AlbaLearning William Shakespeare - IV Centenario - Audiolibro y Libro Gratis en AlbaLearning Especial de Rubén Darío en AlbaLearning - Centenario Especial Amado Nervo Especial de Emilia Pardo Bazán en AlbaLearning - Centenario Federico García Lorca Carmen de Burgos (Colombine) - Audiolibros y Libros Gratis en AlbaLearning
 
ESPECIALES
Esta web utiliza cookies para poder darles una mejor atención y servicio. Si continúa navegando consideramos que acepta su uso.

¿Cómo descargar los audiolibros?

Síganos en:

Síganos en Facebook - Síganos en Twitter - Síganos en Youtube

Deje un mensaje:

Guestbook (Deje su mensaje - Leave your message) Guest-book

©2021 AlbaLearning (All rights reserved)